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CAPITULO II

EL DERECHO A LA VIDA[1]

 

A.          Consideraciones Generales  

1.          Mientras la Constituci�n de Nicaragua de 1974 contemplaba la pena de muerte para algunos casos, [2] el C�digo Penal 1977, aunque aparentemente mantiene la muerte como la pena m�xima, [3] en realidad la elimin� al establecer solamente pena de prisi�n para cr�menes tales como parricidio, genocidio y alta traici�n; [4] estableciendo, en consecuencia, el encarcelamiento como la pena m�xima.  

2.          El nuevo gobierno, que abrog� la Constituci�n, pero mantuvo el C�digo Penal, decidi� no restablecer la pena de muerte en contra de los reos somocistas.  En una conferencia de prensa el 28 de julio de 1979 en la ciudad de Managua, el Comandante Tom�s Borge explic� esta decisi�n de la siguiente manera:  

          Ellos (los antiguos miembros de la Guardia Nacional) ser�n juzgados bajo las actuales leyes penales nicarag�enses, las cuales no establecen la pena de muerte.  No importa cu�les nuevas leyes penales sean decretadas, leyes que ser�n establecidas para castigar cr�menes contra la revoluci�n y cr�menes comunes, estas leyes tampoco establecer�n la pena de muerte.  La pena de muerte ha sido enterrada para siempre en Nicaragua.  Es importante que todo el mundo este consciente de esta decisi�n tomada por el FSLN.  Aquellos que traten de hacer justicia por sus propias manos estar�n violando la ley.  Nadie puede tomar justicia en sus propias manos.  Ser� responsabilidad del Gobierno de Reconstrucci�n Nacional, a trav�s del aparato judicial, porque ni siquiera habr�n tribunales militares, juzgar a los criminales de guerra quienes han causado tanto da�o, tanta p�rdida de sangre y tanto dolor para este pa�s.  

3.          La pena de muerte fue oficialmente abolida por el Art�culo 5 del Estatuto sobre Derechos y Garant�as de los nicarag�enses, el cual dice as�:  

          El derecho a la vida es inviolable e inherente a la persona humana.  En Nicaragua no hay pena de muerte.  

4.          La Comisi�n considera que de parte del nuevo r�gimen no ha existido ni existe una pol�tica de violaci�n al derecho a la vida contra los enemigos pol�ticos, incluidos dentro de �stos a los ex-guardias del Gobierno del Gobierno del General Somoza, a quienes una buena parte de la poblaci�n de Nicaragua responsabiliz� por graves violaciones a los derechos humanos durante el antiguo r�gimen; muestra de lo anterior es la abolici�n de la pena de muerte y el gran n�mero de ex-guardias prisioneros juzgados por delitos violatorios de los derechos humanos.  

Es importante se�alar que casi la totalidad de los casos se refieren a hechos que tuvieron lugar en el mes de julio de 1979, a escasos d�as del cambio de gobierno, cuando todav�a ocurr�an combates en diversos lugares del territorio nacional y cuando a�n exist�an grupos armados que actuaban a nombre del Frente Sandinista de Liberaci�n Nacional y que no aceptaban una autoridad central.[5]  

5.          Las violaciones al derecho a la vida se manifestaron fundamentalmente a trav�s de ejecuciones ilegales.  De ellas considera la Comisi�n que las que tuvieron lugar en el presidio de �La Polvora�, en Granada, son las que revisten una mayor gravedad, por lo que la secci�n siguiente ser� destinada a describir esas ejecuciones.  

B.       El caso de los prisioneros de la c�rcel �La P�lvora:, Granada  

1.          Antes y durante la visita a Nicaragua, la Comisi�n recibi� denuncias sobre la supuesta ejecuci�n ilegal de personas que se hab�an encontrado detenidas en la c�rcel conocida como �La P�lvora�, una guarnici�n de la ciudad de Granada, Nicaragua, durante los �ltimos d�as de julio de 1979.  La informaci�n recibida alegaba que un n�mero no determinado de presos fueron sacados de la c�rcel, ejecutados y enterrados en fosas comunes.  Estos lugares fueron inspeccionados por familiares de los presos, representantes de la Comisi�n Permanente de Derechos Humanos y autoridades judiciales de la ciudad de granada.  

          2.          A t�tulo de ejemplo, algunas de las comunicaciones recibidas por la CIDH incluyen las siguientes:  

Caso 4566:            Dr. Cesar Rivas Guillen [6]

          La Comisi�n recibi� la siguiente denuncia sobre la desaparici�n del ginec�logo granadino, Dr. C�sar Rivas.  Esta fue la primera de varias comunicaciones que trataban con los acontecimientos en �La P�lvora� la que fue recibida en octubre de 1979.  

          Que el 22 de julio de 1979 fue capturado Cesar Rival Guillen, mayor de edad, casado, m�dico y del domicilio de Granada, en esa ciudad por un grupo de milicianos de servicio en el Comando de Granada �La P�lvora�.  

Se argument� en contra de �l que pertenec�a a la Organizaci�n llamada �Mano Blanca�, permaneci� aproximadamente siete d�as en las c�rceles de Granada donde se le estuvo visitando y enviando alimentos, sin embargo, el d�a 29 nos dimos cuenta que permanec�a all� pues nos env�o un papel, desde esa fecha no tenemos conocimiento de su paradero, aunque un �Compa� dijo que hab�a sido trasladado a Managua, a medianoche.  Tuvimos informes de que en esa madrugada hab�a realizado varios ajusticiamientos de guardias en esas c�rceles.  Despu�s de estos sucesos fueron cambiados los Responsables del Comando de Granada, los cuales se encuentran prisioneros y est�n siendo investigados.  

 

Sin embargo, ante los hechos ocurridos, temo por su integridad f�sica, pues desconozco su paradero y en vista de �sta incertidumbre he gestionado su caso ante los Comandantes Hugo Torres y Walter Ferreti quienes tienen pleno conocimiento del caso, y no han dado respuesta alguna, a�n cuando ellos conocen el asunto desde hace un mes.  Tambi�n he puesto en conocimiento, este caso, al se�or Embajador de Espa�a, ya que su esposa es de nacionalidad espa�ola.  

 

Tengo que agregar, que tengo sospechas fundadas, de que su aprehensi�n, se debe a delaciones mal intencionadas de personas inescrupulosas que por rencillas y envidias personales han tratado en todo momento de perjudicarlo.  Esto es evidente pues colegas de trabajo ante la captura de �l, han procedido apoderarse de su equipo m�dico y a instarlo personalmente (cuando estaba en La P�lvora) a que se declara como perteneciente a la �Mano Blanca�, acusaci�n falsa, ya que no se le encontr� culpable de nada, pero no dice en que lugar se encuentra.  

 

                   Es ante la gravedad de los hechos expuestos; ante las declaraciones de los Comandantes de la Revoluci�n, en el sentido de que van a proceder honestamente en la informaci�n del paradero de los prisioneros desaparecidos, que solicito se realicen las gestiones que consideren convenientes a fin de establecer su existencia, ya que en estos mementos su madre, que es una anciana, se encuentra con una crisis debido a que padece de c�ncer, cuya enfermedad se ha agravado ante las circunstancias anteriormente expuestas.  

          Casi simult�neamente con la denuncia original, la Comisi�n recibi� varios telegramas se�alando que la vida del Dr. Rivas estaba en peligro y se solicitaba la intervenci�n urgente de la Comisi�n, la cual, inmediatamente de recibidas esas denuncias, solicit� la correspondiente informaci�n del Gobierno.  

El 30 de noviembre de 1979, la Comisi�n fue informada por el Gobierno de Nicaragua que las autoridades pertinentes hab�an sido instruidas de suministrar la informaci�n sobre el caso, la cual ser�a transmitida a la Comisi�n lo m�s pronto posible.  

La Comisi�n recibi� el 5 de mayo de 1980 la siguiente respuesta del Gobierno de Nicaragua con respecto al paradero del Dr. Rivas:  

Sobre el Dr. Cesar Rivas Guillen se tienen noticias no confirmadas de que pareci� en los �ltimos d�as de la guerra de liberaci�n de nuestra patria o en los d�as posteriores al triunfo de la Revoluci�n Sandinista, sin que se haya podido precisar las circunstancias de c�mo ocurrio su deceso.  

          3.          La segunda queja recibida por la CIDH, relacionada con los acontecimientos en La P�lvora se refieren al caso del Dr. Francisco Mayorga Ram�rez, abogado.  

En una comunicaci�n de fecha 17 de octubre de 1979, los siguientes hechos fueron presentados a la Comisi�n.  

Caso 7057:            Dr. Francisco Mayorga Ram�rez  

                   Francisco Mayorga Ram�rez, de 42 a�os, abogado domiciliado en Granada, fue notificado el d�a domingo 22 de julio de 1979, que deb�a presentarse a la Polic�a Militar de Granada; a eso de la 1 pm, �l se present� al local de la Polic�a Militar de Granada donde qued� detenido.  Posteriormente fue trasladado al comando llamado �La P�lvora�, donde permaneci� detenido hasta el d�a 26 del mismo mes, fecha en que fue puesto en libertad con su respectivo salvoconducto.

 

Cuanto Francisco regres� a su casa despu�s de haber estado detenido, cont� que los cargos imputados eran el haber sido Juez para lo civil y criminal; siendo eso aproximadamente hace unos diez a�os.  
 

El d�a 28 de julio de 1979, mientras Francisco se encontraba en una casa situada del Juzgado del Distrito del Crimen de Granada treinta varas al lago, en la calle Real, en esta ciudad, en esta casa, se encontraban en una reuni�n de abogados para programar una visita al Estado Mayor de Granada y a la Junta Local de Gobierno, a fin de pedirles que determinaran el campo de acci�n que les quedaba para ejercer la profesi�n.  
 

                   En la mencionada reuni�n, se presentaron dos miembros del Ejercito Popular Sandinista quienes procedieron a deterner nuevamente a �l, sin respetar el salvoconducto que portaba traslad�ndolo de nuevo a la c�rcel de La P�lvora.  
 

Al d�a siguiente, domingo 29 de julio, al presentarse un familiar al comando de La P�lvora a llevarle el desayuno a Francisco, el que pasaba la comida ese d�a le inform� que hab�a sido trasladado a Managua.  
 

Presintiendo algo fatal y al encontrarme con algunos amigos me dijeron que no me afligiera que ellos ir�an a La P�lvora a preguntar por el paradero de Francisco.  En dicho Comando los atendi� el responsible militar del mismo, Compa�ero Marvin Gonz�lez Ruiz, conocido como �Wilmer� quien les inform� que Francisco �hab�a sido trasladado a la Cruz Roja Internacional y que si quer�a verlo deber�a apresurarse pues ese mimo domingo los trasladar�an a Guatemala�.  
 

Antes esa noticia me traslad� inmediatamente a Managua donde me di cuenta que hab�a sido objeto de una burla pues la Cruz Roja Internacional estaba cerrada y un miembro de dicha instituci�n me inform� que ning�n reo hab�a sido llevado para tal fin.  
 

                   Ese mimo d�a, 29 de julio, como a las 5 p. m. se presentaron en la casa unas personas desconocidas para mi de aspecto campesino y manifestaron que ellos conoc�an a Francisco y que hab�an visto su cad�ver en unos potreros de la Hacienda Santa Ana, ubicada en el camino de los Malacaos.  Estas personar tambi�n manifestaron que en ese lugar hab�a como (50) cad�veres m�s y que ten�an las manos amarradas hacia atr�s.  
 

                   Se han hecho gestiones con diferentes personas e instituciones para poder exhumar el cad�ver de Francisco y darle cristiana sepultura pero hasta este momento se me ha hecho completamente imposible.  
 

                   Es por las razones expuestas que se denuncia la muerte del Dr. Francisco Mayorga Ram�rez, de quien no se conoce hasta el momento motivo alguno para que le quitaran la vida, ya que ninguna autoridad se ha hecho responsable de su muerte y si bien es cierto que �l pertenec�a al Partido Liberal por tradici�n familiar, nunca le hizo da�o a nadie, m�s por el contrario era muy apreciado por todas las personas que le conocieron.  Al margen de que no se tiene conocimientos de que exista la pena de muerte en Nicaragua.  
 

Se pide la exhumaci�n del cad�ver de Francisco para que de acuerdo a nuestros principios religiosos se le de cristiana sepultura en el lugar indicado para ello.  
 

El 24 de abril de 1980, las partes pertinentes de esta comunicaci�n fueron transmitidas al Gobierno de Nicaragua, a quien se le solicit� suministrar cualquier informaci�n sobre el caso.  

Con posterioridad la Comisi�n recibi� la siguiente informaci�n de la Comisi�n Permanente de Derechos Humanos:[7]  

                   El d�a martes 3 de octubre de 1979, a solicitud de Do�a Marlene Taleno de Mayorga, realizamos una primera inspecci�n al sitio denominado La Monta�ita de Santa Ana.  Se trata de un terreno montoso de unas 3 manzanas de extensi�n ubicado sobre el camino a Los Malacos, a unos cuatro kil�metros al noreste de la ciudad de Granada.  
 

Unos treinta metros despu�s de cruzar el cerco de alambre de p�as, pudimos observar huellas de un veh�culo pesado.  Se trata de las huellas dejadas por una pala mec�nica que estuvo operando en el lugar para cavar una fosa de regulares proporciones.  
 

Un poco m�s adelante encontramos una depresi�n de unos 6 metros de largo por 3 de ancho.  A flor de tierra hab�a un cr�neo, huesos y zapatos.  En toda el �rea vecina se sent�a la tierra floja.  
 

                   Ante la insistencia de Do�a Marlene, quien afirmaba que el cuerpo de su esposo el Dr. Francisco Mayorga Ram�rez hab�a sido visto encima de una pila de cad�veres, removimos un poco la tierra.  Bast� cavar dos o tres cent�metros:  de inmediato brot� una gusanera y restos humanos en descomposici�n.  Do�a Marlene reconoci� el pantal�n de su esposo y prorrumpi� en inconsolable llanto.  
 

                   Procedimos a cubrir nuevamente los restos humanos y nos dirigimos nuevamente a la ciudad de Granada, donde conversamos con familiares de otras v�ctimas que hab�an acudido al lugar de la masacre alertados por los campesinos de la zona y que hab�an visto incluso cuando parte de los cad�veres apilados eran consumidos por las llamas pues hab�an sido rociados de diesel.  Los testigos afirmaban que algunos cad�veres ten�an las manos atadas hacia atr�s.  
 

La Sra. Mayorga, trat� de obtener el desenterramiento del cuerpo de su esposo para darle cristiana sepultura.  Tratando de obtener una soluci�n judicial del caso, llev� el hecho a la atenci�n del Juez Agust�n Cruz:  

El 9 de octubre, Do�a Marlene Taleno de Mayorga present� ante el Dr. Agust�n Cruz P�rez, Juez de Distrito del Crimen de Granada un escrito denunciando la muerte de su esposo el Dr. Francisco Mayorga Ram�rez y solicitando la exhumaci�n de su cad�ver.  
 

                   El S�bado 13 de octubre el Juez Cruz P�rez, acompa�ado de su Secretario, realiz� la inspecci�n ocular solicitada levantando el acta correspondiente.  El Juez, adem�s de constatar lo que los personeros de la CPDH hab�an observado en su primera inspecci�n, realiz� un recorrido por todo el sitio logrando identificar por lo menos dos lugares donde hab�an huesos esparcidos a flor de tierra, zapatos y restos de vestimentas.  Se encontr� tambi�n varios agujeros profundos que parecen indicar que familiares de las v�ctimas hab�an llegado a exhumar cad�veres de sus deudos al amparo de la noche.  
 

                   En nuestro escrito presentado ante el mismo Juez del Distrito del Crimen de Granada Dr. Agust�n Cruz P�rez, la se�ora Marlene vda. de Mayorga insisti� en su petici�n de exhumaci�n de los restos de su esposo y denunci� adem�s que algunas de las personas aparentemente responsables de los hechos denunciados estaban intentando huir del pa�s para escapar a la justicia.  

El Tribunal dict� el siguiente auto con respecto a la petici�n de la Sra. Mayorga:  

Juzgado del Distrito del Crimen.

Granada dos de noviembre de mil novecientos setenta y nueve.  A las diez y

cinco minutos de la ma�ana.  
 

          NO HAY LUGAR A LA EXHUMACION SOLICITADA POR LA SE�ORA MARLENE TALENO DE MAYORGA EN VISTA DE QUE NO SE HAN SATISFECHO LOS REQUISITOS ESTABLECIDOS EN EL ARTICULO 68 IN. � NOTIF�QUESE.  

          4.          En una comunicaci�n de fecha 17 de octubre de 1979, denunci� el ajustamiento de Roger Alonso Gonz�lez Ibarra, un ch�fer con rango de sargento de 29 a�os de edad que pertenec�an a la extinta Guardia Nacional.  El reclamante narr� los hechos de la siguiente manera:  

Caso 7056:            Roger Alfonso Gonz�lez Ibarra  

                   Roger Alfonso Gonz�lez Ibarra, mayor de edad, ex-militar, fue capturado en Malacatoya, jurisdicci�n de Granada, el 19 de julio de 1979, permaneciendo detenido cuatro d�as m�s en la c�rcel de mujeres de esa misma ciudad.  
 

El d�a 23 de julio fue trasladado a La P�lvora, estando de Comandante �Wilmer� cuyo nombre es Marvin Gonz�lez, quien permiti� hablar con Roger el d�a 26 de julio a las seis de la tarde.  Roger dijo que sino lo encontraba al d�a siguiente ah�, no lo siguiera buscando.  
 

                   Llena de gran sorpresa tuve conocimiento que hab�a sido sacado de las c�rceles de La P�lvora a medianoche del d�a 27, junto con 50 personas m�s, que fueron ejecutadas sin orden alguna, sin mediar investigaci�n, ni respeto a la vida humana.  Se adjunta fotocopia de la partida de defunci�n y se puede asegurar que el Estado Mayor de la ciudad de Granada, tiene conocimiento de tales hechos.  
 

                   Se solicita se conceda orden de exhumaci�n, con el objeto de darle cristiana sepultura ya que su cad�ver se encuentra localizado sobre la carretera a los Malacos, en las afueras de Granada y puedo mostrarles el sitio exacto en que se encuentra.  

          Con posterioridad el reclamante someti� la siguiente informaci�n adicional:  

�el veintis�is de julio logre entrevistarme con el en la prisi�n, donde acud� despu�s de haber le�do un mensaje que el me envi� por la ma�ana del mismo d�a, siendo su mensaje el siguiente: �que me apresurara a hablar con el Juez del Crimen de Granada, Agust�n Cruz P�rez, porque la noche anterior hab�an sido sacados como veinte personas amarradas, y que a �l le comunicaron que lo iban a enviar para Panam�, y entre par�ntesis a�ad�a,    o es tranca para matarme?�, y que me apresurara a hablar con dicho funcionario para que llegara donde el a interceder para que se respetara su vida.  Cuando me present� por la tarde junto con el se�or Juez del Crimen de esa localidad, s�lo me dejaron entrar a m� y a [�]; platicamos con el y nos dijo que si no lo encontraban al siguiente d�a, que ya no lo sigui�ramos buscando.  Al d�a siguiente me present� a la c�rcel para llevarle su desayuno y su ropa, entonces me la regresaron dici�ndome los guerrilleros, entre ellos estaba el Comandante �Wilmer�, que lo hab�a trasladado hacia Managua, sin mencionarme el lugar a donde lo hab�an llevado.  
 

                      acuerdo por lo tanto a esta Comisi�n para que se logre a trav�s de ella establecer de alguna forma su paradero� 
         

                   Por otra parte en una informaci�n de la �La Prensa�, en su edici�n del 13 de septiembre de 1979, sali� que el Comandante �Wilmer� se encuentra detenido en �La P�lvora� de Granada, pero sin m�s informaci�n del motivo de su detenci�n.  
 

          El 24 de abril de 1980, las partes pertinentes de esta comunicaci�n fueron sometidas al Gobierno de Nicaragua para que remitiera sus observaciones.  

En un documento recibido con posterioridad por la Comisi�n, el Registro del Estado Civil de las personas de Granada establece la causa de muerte de la siguiente manera:  

             a las tres de la ma�ana del d�a veintinueve del mes de julio del a�o mil novecientos setenta y nueve falleci� Roger Alfonso Gonz�lez Ibarra, mayor de edad, casado, y de este domicilio sin asistencia m�dica de herida por arma de fuego a la edad de veintinueve a�os�.  

          El Gobierno de Nicaragua no ha proporcionando respuesta alguna a la solicitud de la CIDH sobre este caso.  

5.          Una comunicaci�n de fecha 17 de octubre de 1979 denunci� la ejecuci�n de Exequiel Zavala Jim�nez de la siguiente manera:  

Caso 7064:            Exequiel Zavala Jim�nez  

                   El d�a 22 de julio de 1979 fue capturado por tercera vez Exequier Zavala Jim�nez, de Granada, casado y comerciante.  Lo fue por un grupo de milicianos acompa�ados del compa�ero �Marcelo� y fue conducido rumbo a �La P�lvora�.  Al reclamarles a estos se�ores que me presentaran alguna identidad me dijeron que eran de la Polic�a Militar Sandinista cuyo responsable era el Comandante �Marco�.  

Tengo que manifestar que anteriormente el hab�a sido capturado dos veces, supuestamente porque era amigo del guardia llamado �Gato Colindres�; sin embargo hab�a sido liberado tras hab�rsele encontrado inocente de las imputaciones hechas.  
 

                   Pero a ra�z de la �ltima captura, permaneci� cinco d�as en la c�rcel de �La P�lvora�, donde fue investigado personalmente por el Comandante �Wilmer�, habi�ndosenos dicho el d�a jueves 26 de julio que ya iba a salir en libertad y que no lo daban todav�a porque no hab�a quien hiciera el memor�ndum.  
 

                   Fue as� que el d�a siguiente me present� al Comando y me dijeron que ya no estaba, que se lo hab�an tra�do l Bunker a Managua.  A ra�z de esa fecha se le ha buscado insensatamente en todas las c�rceles y se ha recurrido a poner la denuncia a la Oficina de Quejas del Ministerio del Interior con el objeto de que se me ayudara a localizar a Exequiel.  
 

                   Sin embargo el d�a jueves 11 de octubre de 1979 la compa�era Gloria Bola�os, responsible del Departamento de Quejas del Ministerio del Interior, me dijo que hab�a o�do mencionar que a Exequiel lo hab�an fusilado y que, como hab�an ajusticiado a varios reos, entonces se hab�an detenido a los Comandantes de Granada y se les dio la baja, y entre todos los fusilados lo m�s que hab�an eran dos o tres inocentes, y que ella no pod�a mentirle a los familiares, porque no quer�a hacernos gastar, que se cometieron varias arbitrariedades en esos d�a en Granada y que ella no pod�a hacer nada.  
 

Es ante lo expuesto que recurro a Uds. A denunciar formalmente la desaparici�n y supuesto fusilamiento de Exequiel Zavala Jim�nez a fin de que se le de publicidad al caso y se investigue a los culpables del supuesto asesinato.  

          Las partes pertinentes de esta denuncia fueron sometidas al Gobierno de Nicaragua para sus observaciones el 24 de abril de 1980.  

          La Comisi�n recibi� el 28 de mayo de 1980 una respuesta del Gobierno de Nicaragua acusando recibo de este caso as� como del 7056, mencionado m�s arriba, mediante la cual el Gobierno informaba a la Comisi�n que las autoridades jurisdiccionales del caso hab�an sido requeridas a suministrar la informaci�n de lugar.  Hasta el momento no se ha recibido informaci�n alguna.  

          6.          La Comisi�n tambi�n recibi� los siguientes casos referentes a ejecuciones en La P�lvora antes de llevar a cabo su observaci�n in loco en Nicaragua.  Estos casos tambi�n han sido presentados al Gobierno de Nicaragua, no habiendo tampoco recibido respuesta.  

Caso 7063:            Gabino Vel�zquez Meza

                   El d�a 23 de julio de 1979, Gabino Vel�squez Meza, mayor de edad, soltero, ex-raso de la extinta Guardia Nacional, se entreg� al Comando �La P�lvora� de la ciudad de Granada, debido a que le hab�an dicho que lo andaban buscando �los muchachos�, comprendiendo que su integridad f�sica estar�a garantizada entreg�ndose a las nuevas autoridades, dispuso presentarse, acompa�ado de su se�ora y de sus hijitos.  
 

                   Fue as� que durante los dos d�as posteriores pudimos enviarle alimentos y nos envi� papeles, por lo que comprobamos que se encontraba alli, sin embargo al tercer d�a de su permanencia en La P�lvora nos dijo un miliciano acantonado en ese Comando, que hab�a sido trasladado a la c�rcel Modelo, informaci�n que nos confirm� un Comandante de apellido Lang que era uno de los responsables de esa c�rcel.  
 

                   A ra�z de esa fecha, hemos buscado intensa e incesantemente a Gabino, no s�lo en la C�rcel Modelo sino que en otros centros penitenciarios, siendo hasta el momento infructuosa esa b�squeda.  
 

                   Es por lo expuesto que recurro a Uds. con el objeto de que se me ayude a gestionar para establecer su paradero, y se informe si est� vivo o muerto, ya que hay rumores de que en ese Comando se cometieron fusilamientos.  

Caso 7237:            Jorge Villalobos Toru�o  

Jorge Villalobos Toru�o, de 45 a�os de edad, casado, chofer, fue capturado el d�a 26 de julio de 1979 en la ciudad de Granada y conducido a la c�rcel de La P�lvora, de donde desapareci� el d�a 29 de julio, siendo el Comandante �Wilmer�, quien seg�n familiares del preso les informaron que parece haber dado orden de que lo ajusticiaran.  Sin embargo, con posterioridad, otras personas afirman haberlo visto en la C�rcel Modelo y que estaba incomunicado.  

Caso 7315:            Gustavo Adolfo Mar�n Guzm�n

El d�a 24 de julio de 1979, se entreg� a las autoridades del FSLN el Sr. Gustavo Adolfo Mar�n Guzm�n, un raso, mayor de edad y del domicilio de Granada, siendo recluido en las c�rceles de La P�lvora bajo la responsabilidad del comandante Marvin Gonz�lez Ruiz; conocido con el seud�nimo de �Wilmer� qui�n posteriormente dio orden de ejecuci�n.  Vecinos del lugar de la Hacienda Santa Ana, camino de los Malacos, Depto. De Granada, dijeron ver el cad�ver de dicho se�or junto a los restos del Dr. Francisco Mayorga.  

Caso 7318:            Luis Mart�nez Mercado

El 25 de julio de 1979, el Sr. Luis Mart�nez Mercado, mayor de edad, ex-auxiliar G. N. y del domicilio de Granada fue reclu�do en las c�rceles de La P�lvora.  Posteriormente fue sacado con rumbo desconocido por �rdenes del comandante Marvin Gonz�lez Ruiz, conocido con el seud�nimo de �Wilmer�, siendo informados que ese d�a se realizaron ejecuciones masivas.  No se sabe nada respecto a su paradero.  Se presume su muerte.  

Caso 7308:            Crist�bal Vargas Rocha  

Crist�bal Vargas Rocha, de 24 a�os de edad, soltero, celador del domicilio de Granada, fue capturado el domingo 24 de julio de 1979.  Los motivos de su captura se desconocen.  Por medio de un miliciano que estaba de servicio en La P�lvora (c�rcel de Granada), se supo que el 26 de julio de 1979 a las 11 de la noche se sacaron unos 50 reos y los llevaron cerca de la costa del lago de Granada, donde cavaron sus propias fosas.  
 

El responsable del comando era el llamado �Wilmer� cuyo nombre es Marvin Gonz�lez Ruiz, quien es el autor directo de estos fusilamientos en masa.  

Respecto de este caso de Crist�bal Vargas Rocha, la Comisi�n ha recibido la siguiente informaci�n:  

Sin embargo, con mi desesperaci�n he investigado y preguntado, cont�ndome un d�a de estos, un miliciano que estaba de servicio en La P�lvora y cuyo nombre no puedo revelar porque ser�a perjudicarlo, que no siguiera buscando a Crist�bal que era en vano, pues el d�a jueves 26 de julio once de la noche, sacaron de La P�lvora una camionada de reos, aproximadamente 50, se los llevaron al Diamante, un trillo de arroz que quedaba cerca de la costa del lago de Granada, all� los pusieron a cavar fosas gigantes en la cual se dilataron como dos horas, luego a la una de la madrugada procedieron a fusilarlos y a enterrarlos en ese lugar, tambi�n conocido como Asese.  Este muchacho me dijo que pudo identificar a Crist�bal ente los que ajusticiaron.  

7.          El 17 de marzo de 1980, los familiares se dirigieron al sitio indicado el cual se encuentra ubicado en camino a la finca de arroz �El Diamante� en la zona de Asese, aproximadamente 500 metros despu�s de la Hacienda San Roberto.  Con la ayuda de campesinos de la localidad que aportaron palas e inclusive con algunos del ej�rcito Sandinista quienes hab�an sido informados del objeto de la visita, los familiares descubrieron varios humanos: dos cr�neos, varias costillas, huesos de la pelvis que a�n ten�an pegado pedazo de tela, como un par de pantalones rojos y una camisa de rayas rojas y azules.  

8.          El d�a siguiente, 18 de marzo, los familiares asesorados por un abogado presentaron una denuncia de los hechos que hab�an descubierto ante el Juez de lo criminal del Distrito de Granada, Dr. Agust�n Cruz P�rez, y solicitaron una investigaci�n  de otro lugar donde presumiblemente hab�an otros cad�veres.  

          Los familiares, adem�s, mandaron una carta al Procurador General, Dr. Ernesto Castillo Mart�nez, solicitando una minuciosa investigaci�n de los hechos y de las personas responsables.  Una copia de esta carpeta fue presentada a la Comisi�n durante su observaci�n in loco.  Esta dice as�:  

Somos familiares de los prisioneros desaparecidos en la c�rcel La P�lvora, de Granada, en los �ltimos d�as de julio de 1979, siendo responsable en ese entonces del Comando citado, el Sr. Marvin Gonz�lez, cuyo seud�nimo es �Wilmer�.  A trav�s de m�ltiples gestiones realizadas ante diferentes organismos estatales, hemos tenido conocimientos de ejecuciones de reos que se encontraban en La P�lvora realizadas en esos d�as.  Seg�n numerosos testigos, dichas ejecuciones se efectuaron en tres o cuatro sitios diferentes, aleda�os a Granada y esos sitios eran identificados por los militares de La P�lvora como Panam�, M�jico, Guatemala y La Cruz Roja, pues a los presos le dec�an que iban a ser trasladados a esos pa�ses o a la Cruz Roja de Managua.  Dos de esos lugares fat�dicos ya han sido ubicados y se encuentran uno en el sitio conocido como �La Monta�ita�, en la Hacienda Santa Ana sobre el camino a los Malacos en direcciones noreste de la ciudad de Granada y el otro en el lugar conocido como �La Arrocer� sobre el camino a la Hacienda y Trillo �El Diamante�, en la vecindad del Puerto de Asese al sur de Granada.  Sin embargo, a pesar de las m�ltiples gestiones tanto de nosotros mismos como realizadas a petici�n nuestra, por abogados y funcionarios de la Comisi�n Permanente de Derechos Humanos de Nicaragua (CPDH), los hechos no han sido investigados exhaustivamente y los pocos informes oficiales conocidos son parciales y contradictorios, provocando en nosotros, en nuestros hijos y parientes un desasosiego y una angustia permanente ante la incertidumbre que nos embarga y ante la posibilidad de que nuestros familiares todav�a se encuentren con vida en alguna c�rcel del pa�s en total desamparo f�sico, moral y legal.  Nuestras vidas personales y la de nuestras familias se ven seriamente afectadas pues pasamos continuamente de la esperanza al dolor y no pocos miembros de nuestras familias han sufrido graves quebrantos de salud o incluso han muerto como resultado de tan prolongado sufrimiento.  En vista de que el n�mero de reos desaparecidos de la c�rcel de La P�lvora es elevado pudiendo pasar de varios centenares, y tomando en consideraci�n las circunstancias oscuras que rodean el caso, denunciamos formalmente ante usted estos hechos, pues la ley ha delegado en el Ministerio a su cargo la localizaci�n de los prisioneros desaparecidos y el establecimiento de las responsabilidades a las que haya lugar.  Es por eso que demandamos una investigaci�n precisa sobre las autoridades militares que en esa �poca formaban parte del Estado Mayor en la ciudad de Granada, los responsables de la custodia de los prisioneros, los encargados de manejar el veh�culo que condujo a los reos a los lugares mencionados y dem�s personas que participaron y que pueden atestiguar sobre los hechos acontecidos.  Le rogamos nos informe cuando har� las gestiones espec�ficas, para poder nosotros colaborar con usted aportando los documentos o nuevas informaciones sobre estos casos.  Pedimos expresamente que se le de amplia publicidad tanto a la presente denuncia como a las gestiones que usted o sus delegados espec�ficos realicen para que otras familias que se encuentran en situaciones similares y que por desconocimiento o por temor no se hayan atrevido a presentar sus casos, los expongan ante su autoridad a la mayor brevedad.  Creemos que en la nueva Nicaragua debe asegurarse el efectivo respecto a los Derechos Humanos y, en particularmente, el derecho a la vida y a la libertad personal sin discriminaci�n alguna como lo establecen nuestras leyes y los convenios internacionales suscritos por Nicaragua y solemnemente ratificados por la Junta de Gobierno de Reconstrucci�n Nacional.  Esperamos que se har� justicia y en nombre de tanta sangre de hermanos nicarag�enses que ya ha sido derramada demandamos que se investigue con acuciosidad y se castigue con ejemplar rigor a los que resulten responsables de hechos criminales pues de comprobarse los delitos cometidos en contra de los prisioneros de La P�lvora constituyen ciertamente un claro caso genocidio, tipificado en nuestro C�digo Penal como delito contra el orden internacional.  Hacemos constar que hemos solicitado el apoyo y la orientaci�n de la Comisi�n Permanente de Derechos Humanos de Nicaragua (CPDH) que, como organismo humanitario e imparcial, ha acogido con fraternal inter�s  y estudiado con objetividad y serenidad nuestras denuncias.  Es precisamente por sugerencia de esa benem�rita organizaci�n humanitaria que recurrimos hoy a su autoridad en un esfuerzo m�s por lograr el esclarecimiento de los hechos, conseguir la pronta localizaci�n de nuestros familiares que a�n est�n con vida y la inmediata liberaci�n de aquellos que sean encontrados libres de responsabilidad de los delitos que supuestamente motivaron su captura.  Confiamos en que nuestras peticiones ser�n escuchadas y tramitadas con la urgencia que la gravedad de lo que denunciamos requiere, que pondr� usted en marcha todos los mecanismos a su alcance y que utilizar� el personal y recursos que la ley asigna al cabal ejercicio de la justicia.  Ponemos nuestra fe en Dios y nuestra confianza en las autoridades de nuestro Gobierno de Reconstrucci�n Nacional.  Se�alamos para notificaciones la Oficina de la Comisi�n Permanente de Derechos Humanos de Nicaragua (CPDH), situada de Montoya 2 cuadras al lago; en esta ciudad capital.  

10.          Parientes de los 24 presos que fueron trasladados a La P�lvora y que se presumen fueron ejecutados firmaron la carta.  Los nombres de estas personas son los siguientes:  

Maximiliano Jaime L�pez, 47 a�os de edad.  
Vicente Cuadra Chamorro, 31 a�os de edad.  
Alberto Varillas Chamorro, 45 a�os de edad  
Luis Rey L�pez Cajina, 24 a�os de edad.  
Hernaldo L�pez Cajina, 20 a�os de edad.  
Amado L�pez Cajina, 22 a�os de edad.  
David Salvador Arguello Pasos, 40 a�os de edad.  
Bismark Rodr�guez Salazar, 41 a�os de edad.  
Julio Cesar Urbina Vargas, 48 a�os de edad.  
Gustavo Adolfo Mar�n Guzm�n, 23 a�os de edad.  
Julio Morales Carache, 41 a�os de edad.  
Iv�n Alfonso Molina Mercado, 21 a�os de edad.  
Luis Mart�nez Mercado, 42 a�os de edad.  
Diego Carrillo Cruz, 45 a�os de edad.  
Armando Mercado Mu�oz, 20 a�os de edad  
Armando Mercado Mora, 54 a�os de edad.  
Antonio P�rez Sequeira, 36 a�os de edad. 
Jos� Mercedes Alonso pasos, 36 a�os de edad. 
Juan Alfredo Rojas Silva, 22 a�os de edad. 
Jorge Villalobos Toru�o, 42 a�os de edad. 
Exequiel Zaval Jim�nez, 49 a�os de edad. 
Roberto Jos� Marenco Ram�rez, 18 a�os de edad. 
Modesto Orlando Mayorga Ricera, 47 a�os de edad. 
Ignacio Mu�os Espinoza, 25 a�os de edad.
 

          11.          Durante su visita a Nicaragua, la Comisi�n recibi� denuncias sobre los siguientes presos que desaparecieron en La P�lvora en el mes de julio de 1979, y que se presumen fueron ejecutados:  

          Jos� Antonio Arroliga Rios, 16 a�os de edad. 
          V�ctor Manuel Murillo Hurtado, 24 a�os de edad. 
          Jos� Octavio V�squez Miranda, 37 a�os de edad. 
          Jos� Vicente L�pez Morales, 22 a�os de edad.  
          Juan Francisco Mayorga Rivas, 45 a�os de edad.  
          William Jos� Vargas Alaniz, 21 a�os de edad.
 

12.          Posteriormente, el Gobierno de Nicaragua inform� a la Comisi�n que la Corte Suprema de Justicia, mediante oficio de 18 de mayo de 1981, orden� al juzgado Instructor que continuara con este proceso e informara a ese alto tribunal sobre los resultados.  La Comisi�n, hasta ahora, no ha recibido esa informaci�n.  

C.       Otras Denuncias Sobre Ejecuciones Ilegales  

          1.          La CIDH ha recibido denuncias de las cuales se alegan ejecuciones a trav�s de todo el territorio de Nicaragua.  Las supuestas ejecuciones ocurrieron especialmente durante el mes de julio de 1979, aunque hay algunos casos de ejecuciones posteriores.  A t�tulo de ejemplo se citan las siguientes denuncias:

En Le�n:

Caso 7735:            Juan Jos� Vallejos Jarqu�n:

De 22 a�os de edad, soltero, vendedor y del domicilio de Le�n.  Fue capturado en el barrio del Coyolar en Le�n, el d�a viernes 20 de julio de 1979, siendo conducido al comando de la Provincia de esa ciudad y posteriormente remitido al Pochote, cuyo responsable era un miliciano de seud�nimo �Eliseo� hab�an dicho que estaba en la Isla el Card�n en Corinto, pero presuntamente fue ajusticiado el d�a 23 de julio de 1979 por los milicianos llamados �Alesio� y �Bill�, siendo sepulatado supuestamente en la c�rcel El Pochote.  

En Rama:

Caso 7735:            Miguel Angel Guevara Aleman:  

De 22 a�os, soltero, agricultor y del domicilio de Managua.  Capturado el 28 de julio de 1979 en el Rama por el compa�ero �Andr�s�, tambi�n se llevaron a sus dos hermanos y desde entonces no aparece en ninguna c�rcel, se supone que est� muerto.  Un se�or llamado Domingo que vive cerca de donde lo mataron le dijo a su mam� que los hab�a ajusticiado a los tres y que el (Domingo) los hab�a enterrado, que ense�aba el lugar solamente que ella llevara una orden para exhumar los cad�veres.  Parece que fueron sepultados en el puente El Guarumo carretera al Rama.  

En Estel�:

Caso 7735:            Mauricio Ram�n Escorcia Posso:

De 19 a�os de edad, estudiante del 4� a�o de Bachillerato de la Academia Militar de Nicaragua.  Mauricio fue entregado por Monse�or Barni, representante de la Cruz Roja de Matagalpa, en esos momentos a la Cruz Roja de Estel�, cuyo responsable es el Doctor Orlando Moncada Z., en la lista del mes que se present� a esa fecha, 19 de julio de 1979, aparece el nombre de Mauricio junto con el de otros refugiados.  Los milicianos los llegaron a sacar y estuvo como prisionero en el Colegio Nuestra Se�ora del Rosario, y la Iglesia del Calvario de Estel�, cuando yo me hice presente me dijeron que no se encontraba ah�, pero puede obtener noticias de un reo y me dijo que a Mauricio lo hab�an sacado una noche con otro grupo con el fin de matarlos.  Los responsables que estaban en ese Comando eran: Germ�n, Francisco Rivera, Dumas, Jos� Mar�a, y Claudio, �ste �ltimo es el se�alado que lo lleg� a sacar, en esos d�as me dec�an que si Mauricio no aparec�a ah� que le rezara un �Padrenuestro�, porque andaba volando se re�an sarc�sticamente y todo era imposible que me dieran raz�n de �l, hasta hoy d�a que son 15 meses de angustia que tengo sin saber que hicieron con Mauricio.  

Caso 7321:          Roberto Jos� Guti�rrez Guevara:

Ex-raso de la Guardia Nacional.  Roberto fue capturado el 24 de julio de a�o pasado en la ciudad de San Isidro departamento de Matagalpa y conducido a uno de los comandos de esa localidad, siendo el responsable el compa�ero �Rito�.  Posteriormente fue conducido al comando de la Iglesia Bautista en la ciudad de Estel�.  Un reo de este comando me comunic� que Roberto hab�a sido salvajemente torturado y que una noche lo hab�an sacado para �investigarlo� y que ya no volvi� a la c�rcel.  Desde entonces no volvimos a saber nada de �l.  
 

Realizando gestiones, me present� al Palacio de Revoluci�n, en la oficina de Denuncias y Quejas, adscrita al Ministerio del Interior a denunciar el caso de Roberto.  En el Ministerio del Interior, una se�ora que labora en esa instituci�n me comunic� que a Roberto lo hab�an ajusticiado y que le hab�an cortado la cabeza.  

En s�baco:

Caso 7317:          Juan Castrillo D�vila:

De 22 a�os de edad, obrero.  Fue conducido al Comando de S�baco el 19 de julio de 1979, pues el compa�ero Antonio Soza lo hab�a mandado a traer.  Hay que anotar que una hermana y un hermano fueron hechos prisioneros por querer saber su paradero.  
 

En la fiscal�a General del Ej�rcito Popular Sandinista el compa�ero �Noel� inform� que lo hab�an fusilado, pero sin decir nada al respecto de donde se encontraba el cad�ver.  

En Yalaguina:            Somoto:  

Caso 7061:          Antonio Cruz Vallecillo:

De 60 a�os de edad, campesino y del domicilio de yalaguina.  Fue llevado al Comando de Palacaguina por el miliciano Rafael Molina Benavidez, y entregado al responsible de seud�nimo �Efra�n�.  Al siguiente d�a de su detenci�n se lleg� a preguntarle a �Efra�n� por Antonio contestando que lo hab�an trasladado a Somoto, inmediatamente nos trasladamos al comando de esa ciudad y el responsible me asegur� que ah� no hab�a llegado ning�n preso de Palacaguina, que le llevara constancia de detenci�n.  Llegu� a Palacaguina, cuatro d�as despu�s, lo buscaron en los archivos y me dijeron que ah� no estaba.  Desde entonces he buscado a Antonio en todas las c�rceles del pa�s infructuosamente.  

Tengo fuerte sospechas que lo mataron porque un combatiente que lleg� en el mes de agosto a dar pr�cticas a los milicianos de Yalaguina, le dijo a su esposa �A Antonio Cruz lo mandaron a Panam� y cuando se da esa expresi�n significa que ya lo mataron.  

En Matagalpa:  

Caso 7242:          Uriel Mart�nez Gonz�lez:  

Mayor de edad, casado ex-cobrador de la alcald�a de Matagalpa.  

Se entreg� el d�a 9 de agosto de 1979 al comando central �Lupe Moreno� de Matagalpa, donde estuvo 20 d�as y sali� libre despu�s de comprob�rsele su inocencia y d�ndosele el salvoconducto.  
 

El d�a 2 de octubre, llegaron dos miembros del Ej�rcito Popular Sandinista a su casa, que estaba de servicio en �El Complejo�, a capturarlo de nuevo aunque fue dejado libre pero con la condici�n de que se entregara al d�a siguiente.  Ense�o su orden de libertad que se le hab�a dado anteriormente, pero respondieron que eso no val�a.  
 

El 4 de octubre de 1979 a las 8 a.m., se entreg� al �complejo�; fue acompa�ado de su esposa, entreg�ndose a la compa�era �Charol�, siendo conducido al comando Totolate, donde estuvo hasta el 15 de octubre, llevado a rumbo desconocido; desde esa fecha se desconoce su paradero.  

En Chinandega:  

Caso 7319:          Juan Jos� Mungia Medina:

El se�or Juan Jos� Mungia Medina fue capturado el 24 de julio de 1979, en la ciudad de Chinandega y conducido al Comando situado en el Hotel Cosiguina, siendo responsible el compa�ero Hern�n y su asistente la compa�era Carolina.  Permaneci� 5 d�as en el comando, despu�s fue sacado para ser llevado con rumbo desconocido.  

En Masatepe:  

Caso 7243:          Rufino Marcial Jarquin Lovo:

Rufino Marcial Jarqu�n Lovo, mayor de edad y ex-raso de la Guardia Nacional, fue capturado el 16 de agosto en el poblado de San Jos� de Monte Redondo, Depto. De Masatepe y conducido al comando de esa localidad, remitido luego al comando de Masava sin que sus familiares pudieran obtener informaci�n de su paradero en dicho comando.  Haciendo una nueva reclamaci�n en el comando de Masatepe, dijeron que se encontraba en la C�rcel Modelo de Managua, siendo todo lo informado anteriormente falso ya que, seg�n declaraciones del compa�ero Manuel, miembro del Ej�rcito Popular Sandinista de servicio en el mismo comando, hab�a sido ajusticiado y que en dicha actividad hab�a participado adem�s de �l, varios milicianos m�s del citado comando de Masatepe encontr�ndose supuestamente su cad�ver cerca de la oficina de Sanidad de esa localidad.  La Fiscal�a del Ej�rcito tiene conocimiento del caso sin pronunciarse hasta el momento sobre los hechos.  No se ha logrado la exhumaci�n de su cad�ver.  

En Masaya:  

Caso 7329:          Manuel Montenegro Salazar:          

El se�or Manuel Montenegro Salazar, fue detenido el 18 de agosto de 1979, en el comando del Club Social de Masaya cuyo responsable era el compa�ero Alvaro Gonz�lez (Antoll�n), el cual dijo que el se�or Montenegro hab�a sido ajusticiado.  
 

Se�alan como sospechoso del hecho a Narciso Calero (Bosuergues) ya que al momento de su captura Narciso Calero le dijo al se�or Montenegro que �se las deb�a y que se las iba a pagar�.  

En Nueva Guinea:

Caso 7323:          Zacar�as Montoya Ponce:

El d�a 20 de julio de 1979 se entreg� en Nueva Guinea, Departamento de Zelaya, Zacar�as-Montoya-Ponce, de 27 a�os de edad, casado, quien era obligado a ejercer vigilancia por la Guardia Nacional.  Con posterioridad dijeron haberlo trasladado a Tipitapa, luego que se encontraba en la c�rcel Modelo; pero todo lo anterior es mentira, pues hasta el momento sus familiares no saben nada de su paradero; aunque vecinos del lugar dijeron hab�a sido sacado de Nueva Guinea junto con 20 prisioneros m�s para ajusticiarlos.  Supuestamente el responsable de este acto es Remigio Estrada, responsable del Comando de Nueva Guinea.  Actualmente sus familiares est�n siendo violentados en el sentido de que el Instituto de Reforma Agraria quiere confiscarles sus propiedades.  

2.          Pruebas convincentes han sido presentadas a la CIDH en el sentido de que algunas ejecuciones fueron llevadas a cabo en varias partes de Nicaragua durante el per�odo inmediatamente posterior a la ca�da del Gobierno del General Somoza.  Sin embargo, no existe una informaci�n tan detallada para otro lugar que no sea la ciudad de Granada.  

3.          Durante la visita de la CIDH a Nicaragua, la Comisi�n tambi�n recibi� pruebas de que hab�a ocurrido ejecuciones sumarias en los primeros d�as del Gobierno.  El Comandante Borge, Ministro del Interior reconoci� durante su reuni�n con la Comisi�n de que algunas ejecuciones hab�an efectivamente ocurrido al se�alar que:  

La revoluci�n hist�ricamente tom� la decisi�n de no fusilar a nadie, inclusive fueron orientaciones que tomamos durante la guerra.  Hay constancia de ello.  Yo recuerdo cuando fui torturado brutalmente, golpeado, yo les dec�a: Cuando estemos en el poder nuestra venganza ser� perdonarles la vida.  Supongamos, se�or Presidente, que a usted le matan a su esposa, a su hermana y a su hijo; puede que los dirigentes tengan la estatura moral para perdonar esto, pero no la inmensa masa de poblaci�n que sufri� todo el horror de la dictadura.  La reacci�n natural ser�a fusilarlos a todos una vez triunfara la revoluci�n; sin embargo fue una insignificante minor�a la que fue ajusticiada.  Cuando llegu� al Ministerio me dieron dos millones de c�rdobas y yo empec� a entregarlos sin pedir siquiera recibo, no s� donde est�n ahora.  Nosotros castigamos a un mont�n de gente.  Expulsamos a un combatiente, que le encontr� cometiendo abusos, mandamos a la c�rcel a los compa�eros que estaban cometiendo abusos.  No exist�a el menor control sobre nada en los primeros meses de la revoluci�n.  Cuando fundamos el Ministerio no hab�an jueces, no hab�an tribunales, no hab�a Corte Suprema de Justicia; lo �nico que pudimos hacer fue evitar que fusilaran a la gente que estaba en la Cruz Roja.  Le hemos pedido auxilio a la Iglesia para el control de esas masas enfurecidas, le hemos pedido ayuda para mejorar las condiciones de las c�rceles; en las c�rceles tenemos serias limitaciones, hacinamientos, fasta de recursos para los alimentos; este es un pa�s que qued� arrasado, en escombros, no hay que olvidarse de ello.  

4.          Durante su reuni�n con los miembros de la Junta, la Comisi�n volvi� a expresar su preocupaci�n con respecto a las denuncias de ejecuciones de reos somocistas ocurridas en julio de 1979.  El Dr. C�rdova Rivas manifest� que desde el 19 de julio hasta el final de ese mes, el Gobierno no tuvo un total control de pa�s.  Agreg� que hubo casos en los cuales muchas personas tomaron la ley en sus propias manos y el Gobierno ha reconocido que varios excesos ocurrieron, los que no trata de justificar.  Por su parte, el Dr. Hassan agreg� que muchas personas tomaron venganza por s� mismos, ya que se sent�an heridos y dolidos porque perdieron familiares en la guerra o fueron asesinados por la guardia somocista y del cual el Gobierno no pod�a hacer cargo ni responder porque precisamente se trataba de una venganza popular.  

5.          Durante la reuni�n de la Comisi�n con los miembros del Directorio Pol�tico del FSLN, el Comandante Arce hizo la siguiente observaci�n: uno no debe olvidar que el pueblo nicarag�ense vivi� bajo una dictadura durante 45 a�os y pas� 18 a�os de lucha armada que cost� la vida de m�s de 100.000 personas.  A pesar de este alto costo de vista el Gobierno Revolucionario ha evitado institucionalizar la pena de muerte y ha evitado el concepto de venganza eliminado la tortura.  Pero claro que existe problemas.  El FSLN pas� a�os en las monta�as, en la clandestinidad, no hab�a polic�a.  Hoy existe serios problemas para tratar la delincuencia.  El FSLN ense�o a su combatientes como llevar a cabo ataques como inclusive matar.  No pueden ser resocializados de la noche a la ma�ana.  Ello explica los excesos iniciales.  

6.          En concepto de la Comisi�n, si bien el Gobierno de Nicaragua tuvo el claro prop�sito de respetar la vida de todos los vencidos en la guerra civil, durante las semanas inmediatamente posteriores al triunfo revolucionario, cuando el Gobierno no ejerc�a de una manera efectiva el control del poder p�blico, tuvieron lugar ejecuciones ilegales que atentan al derecho a la vida, las que no han sido investigadas ni sancionados sus responsables.  


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[1]           El Art�culo 4 de la Convenci�n Americana sobre Derechos Humanos establece lo siguiente: i)  Toda persona tiene derecho a que se respete su vida.  Este derecho estar� protegido por la ley, en general, a partir del momento de la concepci�n.  Nadie puede ser privado de la vida arbitrariamente.  I) En los pa�ses que no han abolido la pena de muerte, �sta s�lo podr� imponerse por los delitos m�s graves, en cumplimiento de sentencia ejecutoria de tribunal competente y de conformidad con una ley que establezca tal pena, dictada con anterioridad a la comisi�n del delito. Tampoco se extender� su aplicaci�n a delitos a los cuales no se la aplique actuales. iii) No se restablecer� la pena de muerte en los Estados que la ha abilido. iv) En ning�n caso se puede aplicar la pena de muerte por delitos pol�ticos ni comunes conexos con los pol�ticos. v) No se impondr� la pena de muerte a personas que, en el momento de la comisi�n del delito, tuvieran menos de dieciocho a�os de edad o m�s de setenta, ni se le aplicar� a las mujeres en estado de gravidez. vi) Toda persona condenada a muerte tiene derecho a solicitar la amnist�a, el indulto o la conmutaci�n de la pena, los cuales podr�n ser concedidos en todos los casos.  No se puede aplicar la pena de muerte mientras la solicitud est� pendiente de decisi�n ante autoridad competente.

 

[2]           El Art�culo 38 de la Constituci�n de Nicaragua de 1974 admit�a la pena de muerte para los siguientes delitos: alta traici�n cometida en guerra exterior

 

[3]           El Art�culo 53 (I) del C�digo Penal de 1977.

 

[4]           El Art�culo 126 contempla prisi�n de 10 a 15 a�os por el parricidio; el Art�culo 149 establece de 15 a 20 a�os de prisi�n para los cr�menes de genocidio y el Art�culo 529 establece la pena 10 a 20 a�os por traici�n.  El art�culo 92 establece la pena m�xima permisible de 30 a�os de prisi�n.

[5]           La Comisi�n, despu�s de concluida la discusi�n del presente Informe pero antes de su aprobaci�n definitiva, tuvo conocimiento que en la noche del s�bado 27 y en la madrugada del domingo 28 de junio de 1981, soldados sandinistas dieron muerte a 16 prisioneros de la prisi�n �H�roes y M�rtires de Nueva Guinea�, cerca de Managua, al reprimir un mot�n carcelario.  La Comisi�n se encuentra investigando esos hechos, de conformidad con su Reglamento.

[6]           Los p�rrafos citados de este caso se refieren a las partes pertinentes de la comunicaci�n sometida.

[7]           CPDH:            �Los prisioneros de La P�lvora, Qu� pas� con ellos?�, junio 6 de 1980.