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CAP�TULO XI

 

DERECHOS ECON�MICOS Y SOCIALES

 

          La Declaraci�n Americana de los Derechos y Deberes del Hombre encarga a la Comisi�n a velar, adem�s de los llamados derechos civiles y pol�ticos, por el derecho de protecci�n a la maternidad y a la infancia (Art. VII); el derecho a la preservaci�n de la salud y al bienestar (Art. XI); el derecho a la educaci�n (Art. XII); el derecho a los beneficios de la cultura (Art. XIII); el derecho al trabajo y a una justa retribuci�n (Art. XIV), y el derecho a la seguridad social (Art. XVI), es decir, los derechos econ�micos, sociales y culturales.1  

          La Comisi�n ha considerado conveniente incluir un Cap�tulo en el cual se rese�an algunos indicadores socio-econ�micos sobre El Salvador, con el prop�sito de presentar una visi�n m�s completa de la situaci�n general del pa�s.  Con estos antecedentes es posible que pudiese indicarse algunos factores que podr�an incidir sobre el respeto y la observancia de los derechos humanos en El Salvador.2  

          Con una extensi�n territorial de aproximadamente 21.000 km2, El Salvador es en nuestro continente el pa�s m�s peque�o en tierra firme.  Con una poblaci�n estimada en 4.500.000 habitantes y con una densidad de poblaci�n de 210 personas por km2, y de 500 habitantes por km2 en tierra arable, El Salvador es en Am�rica el segundo pa�s m�s densamente poblado, y en el mundo uno de los primeros.  Esta situaci�n tiende a agravarse por una de las m�s altas tasas de crecimiento demogr�fico, 3.5%.  

          Se estima que el 46% de la poblaci�n salvadore�a tiene menos de 15 a�os de edad, o sea 2.070.000 personas, de las cuales el 19% es menor de 5 a�os, es decir, 855.000 de ellas.  De estas �ltimas, aproximadamente 3 de cada 5 ni�os, se encuentran afectados por distintos grados de desnutrici�n.  La proporci�n de defunciones durante el primer a�o de vida equivale al 25% del total de las defunciones, y las ocurridas en menores de 5 a�os es del 50% de este mismo total.  

          La esperanza de vida al nacer del salvadore�o es de 58 a�os.  Existen 7 m�dicos, 3 enfermeras y 17 camas de hospital por cada 10.000 habitantes.  

          La tasa de alfabetismo es de 57%; sin embargo, en las �reas rurales este porcentaje se reduce a un 30%.  Por otra parte, el porcentaje de ni�os (5 a 14 a�os) matriculados en la ense�anza primaria es de 81%, y de 31% en la matr�cula secundaria y vocacional (15 a 19 a�os).  El porcentaje de matr�cula universitaria (20 a 29 a�os) es de 3%.  

          La poblaci�n rural salvadore�a se calcula en un 60%, es decir, aproximadamente 2.700.000 personas.  De �stas, el 73% carece de servicios de agua potable, el 93% de electricidad, y solamente el 22% cuenta con letrina.  

          De su parte, el 60% de la poblaci�n urbana carece de sistemas de conexi�n a redes de alcantarillado, y solamente el 30% tiene servicio de agua potable.  

          El reducido porcentaje de la poblaci�n con agua potable y conexi�n a redes de alcantarillado se refleja en el alto n�mero de enfermedades infecciosas y paras�ticas, lo cual resulta en que las enfermedades gastrointestinales sean la raz�n primordial de las muertes en los menores de 5 a�os.  

          En cuanto al trabajo se refiere, el sector agr�cola y pesca emplea aproximadamente el 55% de la fuerza de trabajo salvadore�a; el sector manufacturero el 12%; el comercio el 8%; la construcci�n el 4% y otros sectores el 20%.  Sin embargo, el 10% de la poblaci�n econ�micamente activa se encuentra desempleada y el 22% subempleada.  

          Existen diversos estimados del Producto Interno Bruto (PIB) por habitante; sin embargo, la cantidad de $425.00 (en d�lares) parece ser una cifra promedio razonable.  Por otra parte, en un sector (agropecuario) que genera el 23% del Producto Interno Bruto de El Salvador y emplea m�s de la mitad de la fuerza laboral, las entradas per c�pita del campesinado se calculan en alrededor de $133.00.  

          En cuanto a la distribuci�n del ingreso por familias, el primer 5% de las familias recib�a el 38% de los ingresos y el 20% m�s alto recib�a el 67% del total, mientras que el 40% m�s bajo de las familias percib�a solamente el 7.5%.  

          En cuanto a la tenencia de la tierra, de acuerdo a un estimado de 1961, seis familias eran propietarias de 71.923 hect�reas.  Por contraste, seg�n el censo de 1971, aproximadamente 305.000 familias ocupaban 42.692 hect�reas.  M�s de la tercera parte de estas �ltimas familias no eran due�as de las tierras que trabajaban.  

          Seg�n otras cifras, el primer 10% de los propietarios de tierra en El Salvador concentra en sus manos el 78% de la tierra arable, pero el �ltimo 10% es due�o de escasamente el 0.4%.  

          De acuerdo a otro estimado, el primer 0.55 de los propietarios ocupa el 37.7% de la tierra y por contraste el 91.4% goza del 21.9%.  Adem�s, el n�mero de familias sin tierra, seg�n un estudio reciente, ha ido aumentando de 30.451 en 1961 a 112.108 en 1971, y a 166.922 en 1975.  

          Seg�n el censo rural de 1971, m�s del 90% de las propiedades rurales en El Salvador tienen menos de 10 hect�reas y en conjunto ocupan aproximadamente un cuarto del total de la tierra arable.  Estas tierras son las menos productivas, ya que las tierras m�s f�rtiles se encuentran en las grandes fincas.  �stas, a su vez, son fincas primordialmente orientadas a la exportaci�n de productos tales como caf�, az�car, algod�n y carne.  Estos productos requieren un gran n�mero de trabajadores.  Como la mayor�a de los campesinos no poseen tierras o sus predios son poco productivos y no satisfacen las necesidades de sus familias, existe una mano de obra numerosa que debe emplearse en las grandes fincas.  

          El exceso de la oferta de la mano de obra en el campo, junto con la baja productividad de las peque�as propiedades rurales, contribuyen a los escasos ingresos del campesinado.  

          Por otra parte, la dispareja distribuci�n de la tierra y el �nfasis en la exportaci�n de los productos agr�colas inciden en la pobreza que vive una gran parte de la poblaci�n.  

          Los datos anteriores revelan con la mayor claridad, el desequilibrio econ�mico y social que afecta gravemente a la sociedad salvadore�a, y, en particular, a la inmensa mayor�a de la poblaci�n, con las consiguientes repercusiones negativas en el campo de la observancia de los derechos humanos.    

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1  Convenci�n Americana sobre Derechos Humanos

Art�culo 26.  Desarrollo Progresivo

Los Estados Partes se comprometen a adoptar providencias, tanto a nivel interno como mediante la cooperaci�n internacional, especialmente econ�mica y t�cnica, para lograr progresivamente la plena efectividad de los derechos que se derivan de las normas econ�micas, sociales y sobre educaci�n, ciencia y cultura, contenidas en la Carta de la Organizaci�n de los Estados Americanos, reformada por el Protocolo de Buenos Aires, en la medida de los recursos disponibles, por v�a legislativa u otros medios apropiados.

2  Los datos utilizados en este Cap�tulo son cifras aproximadas y las fuentes son, primordialmente, las publicaciones oficiales de la Organizaci�n de los Estados Americanos, del Banco Interamericano de Desarrollo, del Banco Mundial y de la Organizaci�n Panamericana de la Salud.