CAPÍTULO V

 

ESTABLECIMIENTOS DE DETENCIÓN Y TESTIMONIOS DE DETENIDOS

LAS TORTURAS

 

 

1.       Una de las tareas de mayor importancia realizada por la Comisión fue la visita a diversos establecimientos de detención para examinar las condiciones en que se encontraban las personas privadas de libertad, y la realización de entrevistas con un elevado número de dichas personas.  Algunas de esas entrevistas fueron registradas en cintas magnetofónicas.

 

          A continuación se transcribirán o resumirán las notas preparadas por los miembros de la Comisión que tuvieron a su cargo esas visitas, con la colaboración del señor Secretario Ejecutivo Dr. Reque y de los Dres. Gómez y Holzman.

 

2.       Antes de que la Comisión llegara a Santiago, --en algunos casos en vísperas de ello—se produjeron varios traslados de grupos de detenidos o prisioneros. Así, por ejemplo, los confinados en la Isla Dawson habían sido trasladados primero a diferentes establecimientos de detención en Santiago y luego a Ritoque, al norte de Valparaíso; “Tejas Verdes”, señalado en numerosas denuncias como un lugar de práctica de torturas, estaba ya vacío, así como “Cerro Chena” y el Estadio Chile. En otros casos se informó a la Comisión que la visita de ésta había determinado sensibles mejoras en el tratamiento de los detenidos.

 

3.       En la mayor parte de los casos, se han omitido los nombres de las personas interrogadas, por expreso pedido de éstas, o por carecer la Comisión de autorización escrita para proceder de otro modo. También se han omitido datos que permitirían una fácil identificación de los declarantes.  Esos datos existen en los archivos de la Comisión.

 

4.       Debe señalarse que la mención de las situaciones individuales que se hace más adelante, es formulada a título ilustrativo de la situación general imperante respecto de los detenidos por causas políticas.  Tal mención y las manifestaciones que en relación con ello se recogen o formulan no importan en modo alguno prejuzgar respecto de los casos individuales que, como consecuencia de denuncias formalmente recibidas, se encuentran actualmente en trámite ante la Comisión.

 

5.       Cabe reiterar, por último, que todo cuanto se dice en este capítulo refleja las comprobaciones hechas y, en su caso, los reclamos recibidos por la Comisión al momento de su visita a los respectivos establecimientos y, por lo tanto, no excluye en modo alguno la posibilidad de que las circunstancias se hayan modificado con posterioridad a esas visitas.

 

A.          Establecimiento de detención de “Tres Álamos”

 

6.       Este establecimiento fue visitado el 26 de julio en la mañana por el Presidente y el Vicepresidente de la Comisión, Dres. Jiménez de Aréchaga y Dunshee de Abranches, acompañados por el funcionario de la misma, Dr. Holzman.

 

7.       “Tres Álamos” se encuentra en un suburbio de la ciudad de Santiago constituido por viviendas sumamente modestas.  Se trata de un predio con restos de antiguos viñedos, con una superficie aproximada de una o dos hectáreas, en el cual existen construcciones, en parte de dos plantas, que pertenecieron, según se expresó, a una congregación religiosa.  Ha sido completado el conjunto con las obras necesarias para garantizar el aseguramiento de los detenidos, tales como muros de cerramiento, alambradas de púas, etc.

 

          Fuera de las dependencias centrales, que comprenden las oficinas del personal superior, cocinas y otros servicios generales, existen tres pabellones longitudinales, formados por habitaciones corridas que tienen sus puertas de entrada que dan a un corredor cubierto, lo mismo que los baños y gabinetes higiénicos, y una habitación más amplia al final del corredor, que parece destinada a ser usada en común por los reclusos del pabellón respectivo.

 

          Cada uno de esos pabellones tiene salida a un espacio abierto, que sirve para recreo.

 

8.       El primer pabellón visitado fue el ocupado por las mujeres, que sumaban alrededor de treinta.  Primero observamos las instalaciones interiores, pudiendo comprobar que cada habitación contenía entre dos y cuatro lechos, quedando poco espacio libre,  Se veía algunas revistas sobre las camas y figuras recortadas de revistas adheridas a las paredes.  En una habitación, una cuna indicaba la presencia de un niño de pocos meses. Los gabinetes higiénicos y los baños parecían estar convenientemente limpios. No comprobamos si se disponía de agua caliente en las duchas, lo que luego negaron las reclusas.

 

          En la sala común se advertía la existencia de una decena de máquinas de coser que, según se nos informó por el personal del establecimiento, eran utilizadas por las reclusas para realizar trabajos que vendían en su propio beneficio.

 

          Luego se invitó a las detenidas que tuvieran interés en conversar con los representantes de la Comisión a que salieran al espacio abierto o jardín. Todas ellas, sin excepción, se trasladaron a ese lugar.  Un grupo rodeó al Dr. Abranches y otro al Dr. Jiménez de Aréchaga, quien estaba asistido por el Dr. Holzman con un equipo de grabación.

 

          Fue así que resultó posible conversar prácticamente con cada una de las detenidas y recoger en cinta magnetofónica lo expresado por la mayor parte de ellas.

 

9.       Se nos denunciaron graves violaciones del derecho a la integridad física. Según las declaraciones recogidas, las torturas, apremios y tratos crueles e inhumanos no se aplican en Tres Álamos, sino en otros establecimientos a los cuales se traslada periódicamente a los detenidos para someterlos a interrogatorios.

 

          Pudimos comprobar el grado de intensa perturbación emocional en que se encontraba la enorme mayoría de las detenidas.  Muchas de ellas no podían contener el llanto convulsivo y relataban sus experiencias sin recatar su indignación, aun cuando podían ser fácilmente oídas por las autoridades del establecimiento y por el Coronel Espinoza, que se encontraba a pocos metros de distancia. Otras se hallaban emocionalmente inhibidas para formular cualquier declaración.

 

          Según manifestaciones de las reclusas, algunas de ellas tenían menos de 18 años.

 

10.     En términos generales, los cargos más graves formulados por estas reclusas contra quienes las interrogaron fuera de “Tres Álamos” son los siguientes:

 

          a)          Todo tipo de agresiones de orden sexual, incluida la comisión de actos tan aberrantes como la violación sucesiva por varios individuos, etc.;

 

          b)          El empleo de corriente eléctrica, aplicada en las zonas más sensibles del cuerpo, sucesiva o simultáneamente;

 

          c)          La flagelación y tortura en la presencia de sus esposos o compañeros;

 

          d)          Las amenazas dirigidas contra sus padres, hijos, esposas u otras personas íntimamente vinculadas a ellas;

 

          e)          El empleo de drogas del tipo del “pentotal”, para inhibir toda resistencia física o psíquica contra las agresiones sexuales o durante los interrogatorios.

 

          Muchas de las detenidas manifestaron estar padeciendo –como consecuencia de los hechos denunciados—graves lesiones en los órganos genitales e intensas perturbaciones psíquicas.  Oímos expresiones dichas de viva voz tales como éstas: “Quiero la muerte! Ya no podré resistir más”, o esta obra: “Que se envíe una comisión de psiquiatras independientes, para que nos examinen” Ellos podrán comprobar que ya estamos locas o moralmente destruidas!”.

 

          La mayor parte de estas declaraciones están grabadas.

 

11.     Las detenidas manifestaron, además:

 

          a)          Que era absolutamente inexacto lo que antes había expresado el Jefe del establecimiento y el médico, en el sentido de que se les suministrara carne, pescado, huevos y verduras frescas; su alimentación –dijeron—consistía fundamentalmente en lentejas y porotos o frijoles. La falta de variedad de alimentos, agregaron, les estaba causando serios trastornos;

 

          b)          Que no había agua caliente en las duchas, contra lo aseverado por las autoridades;

 

          c)          Que las máquinas de coser habían llegado al establecimiento recién dos días antes de la visita de la Comisión, no habiendo sido usadas por las reclusas;

 

          d)          Una de las reclusas, en avanzado estado de gravidez, expresó que requería un tratamiento que no podía realizarse en “Tres Álamos”.

 

          Solamente al término de la visita compareció una mejor, mejor vestida que las demás, la cual, en forma casi confidencial, evitando visiblemente ser oída por las reclusas, expresó al Presidente de la Comisión que a ella se la había tratado siempre en forma caballeresca y que la vida en el pabellón era confortable.

 

12.     Según lo declarado por las reclusas, ellas no habían sido objeto de acusación de especie alguna, y muchas no habían sido interrogadas por otra autoridad que la policial.  Todos negaron haber cometido delito alguno o que se les hubiera imputado concretamente la comisión de algún delito.

 

13.     El segundo pabellón está destinado exclusivamente a hombres, los cuales duplican fácilmente el número de las mujeres detenidas en el primer pabellón.

 

          Se trata de personas de diferente nivel social y cultural y de variadas orientaciones filosóficas y políticas.  Hay entre ellas abogados, ingenieros, especializados en electrónica, odontólogos, profesores, etc., así como trabajadores manuales.

 

          Solamente se advirtió al reticencia de dos o tres de ellos para comunicarse con los miembros de la Comisión. Los demás aceptaron de buen grado hacerlo y agradecieron nuestra presencia.  En general, solicitaron ser oídos separadamente del conjunto, por entender que hay entre ellos algunos individuos encargados de vigilarlos disimuladamente.

 

14.     Una de las primeras preguntas dirigidas al jefe del establecimiento, al llegar la Comisión, fue si había detenido en él algún menor. Esta pregunta se hizo porque se tenía información de que, efectivamente, había menores de uno y otro sexo detenidos allí.  Ya explicamos que algunas de las mujeres manifestaron tener 16 y 17 años de edad.  Mientras conversábamos con los hombres detenidos, se nos hizo saber que diez minutos antes de nuestra llegada había sido retirado del patio el menor Chacaltana, el cual fue trasladado a la planta alta del edificio central. El Presidente de la Comisión se dirigió de inmediato al Jefe del establecimiento y le solicitó que ordenara que el menor fuera conducido a las oficinas de la planta baja, para ser interrogado al final de la visita. El Jefe admitió entonces que, efectivamente, el menor se encontraba allí, y dio una explicación poco clara en el sentido de que se esperaba de un momento a otro la orden de ponerlo en libertad.

 

15.          Continuando con la visita a los hombres detenidos, recibimos muchos y amplios testimonios –algunos de ellos grabados en cintas magnetofónicas—acerca de torturas físicas y psicológicas sufridas por la mayoría. En general, ellas consistieron, según lo declarado, en:

 

          a)          Aplicación de corriente eléctrica en partes sensibles del cuerpo, especialmente en los órganos genitales, sucesiva o simultáneamente;

 

          b)          Quemaduras con cigarrillos en diversas partes del cuerpo;

 

          c)          Lesiones causadas al colgarlos de las muñecas o de los tobillos;

 

          d)          Simulacro de fusilamiento, disparando por encima de la cabeza del detenido o hacia los costados;

 

          e)          Amenaza de vejaciones a sus esposas, hijas o hermanas;

 

          f)          Obligarles a presenciar las torturas aplicadas a otros detenidos o a escuchar sus gritos arrancados mediante tortura;

 

          g)          Golpes simultáneos con las manos abiertas sobre ambos oídos, para lesionar el tímpano.

 

          La Comisión tuvo oportunidad de ver que uno de los detenidos presentaba cicatrices en los miembros superiores e inferiores, que correspondían visiblemente a lesiones causadas poco tiempo atrás.

 

          Como en el caso de las mujeres, los detenidos manifestaron las mismas críticas respecto de la alimentación que se les suministra, a base de lentejas y frijoles, sin carne, pescado, ni fruta.  Unas y otros concordaron en censurar al médico del establecimiento.

 

          En forma casi unánime, hombres y mujeres señalaron, ante nuestra pregunta acerca de si habían interpuesto recurso de amparo, que las autoridades del establecimiento les habían manifestado que “no podían” deducir tal recurso y que les estaba vedada la visita de abogados.

 

16.     Para terminar, tres precisiones finales:

 

          a)          Aun cuando los señores Ministros de Relaciones Exteriores, de Defensa, de Justicia y del Interior, nos manifestaron que podríamos visitar libremente todo establecimiento de detención, no se nos permitió penetrar más allá de la oficina del Jefe de “Tres Álamos” hasta que se hizo presente, llamado por teléfono, el Coronel Espinoza.

 

          b)          No obstante nuestro interés por visitar el tercer pabellón del establecimiento, en el cual, según lo expresaron muchos de los detenidos, se encontraba un grupo de personas que volvían de ser interrogadas y torturadas y cuyos lamentos manifestaron haber oído, no fue posible vencer la resistencia de las autoridades presentes, favorecida por el hecho de que nuestra visita se había prolongado ya por varias horas.

 

          c)          Aunque no se nos permitió tomar fotografías dentro del establecimiento, un fotógrafo oficial tomó abundantes fotos durante nuestras conversaciones con los detenidos, lo que molestaba visiblemente a éstos, como si temieran el uso que ulteriormente se pudiera hacer de ellas.  No recibimos copias de esas fotografías, no obstante las reiteradas promesas que nos fueron hechas en tal sentido.

 

17.     En cuanto a los locales en los cuales –según las declaraciones recibidas—se torturaba a los detenidos al ser interrogados, éstos indicaron especialmente la dependencia de la Central de Investigaciones denominada “La Patilla”; el local de la Calle Londres Nº 38, llamado también “la casa del terror” o “la casa de las campanas”, por escucharse desde allí las de una iglesia cercana; el Hospital Militar y, muy en particular, la Escuela de Guerra de la FACh, en Santiago.

 

18.     Por vía de ejemplo de las quejas recibidas durante la visita realizada a este establecimiento, es útil transcribir algunas notas tomadas por los miembros de la Comisión en el curso de la misma, eliminando nombres y otros datos que facilitan la identificación de las personas declarantes.

 

I.          PERSONAS DETENIDAS SIN CARGO O PROCESO

 

No. 1 Detenida a mediados de octubre de 1973 y liberada a fines de diciembre de 1973, fue nuevamente detenida a principios de 1974.

 

No. 2 Detenida desde comienzos de mayo de 1974, inicialmente en el Estadio Chile.

 

No. 3 Detenida en la última semana de abril de 1974.

 

No. 4 Detenida poco después de la constitución del nuevo gobierno.  Su familia ha quedado privada de recursos económicos.

 

No. 5 Detenida a comienzos de marzo de 1974, estuvo antes en otros establecimientos de detención. Informa que fue miembro del Partido Comunista, pero que nunca realizó actividades subversivas. Afirma que recibió invitaciones para enseñar o trabajar en universidades extranjeras. Pide la intervención de la CIDH para obtener su liberación, aunque sea bajo la condición de salir inmediatamente de Chile.

 

No. 6 Detenida en la última semana de febrero de 1974; declara no haber desarrollado actividades políticas. Atribuye su detención al hecho de haber suscrito la presentación de un recurso de amparo en favor de un detenido. Denuncia la desaparición del Dr. Luiz Ortiz Quiroga, que estuvo detenido en el local de Tejas Verdes.

 

No. 7 Detenida a mediados de junio de 1974 y llevada a una casa desconocida, con los ojos vendados. Denuncia la detención de dos menores de edad Carlos Orlando Ayress Moreno (16 años) y Carlos Soto, pero no sabe informar si están detenidos actualmente en la Sección de Hombres o en otro local.

 

No. 8 Detenida en mayo de 1974.

 

No. 9 Detenida en 1973, fue puesta en libertad por el Fiscal en julio de 1974, pero fue nuevamente detenida y trasladada sucesivamente a dos establecimientos de detención, juntamente con otras dos personas.

 

No. 10 Detenida desde el 30 de octubre de 1973 en la Cárcel Correccional de Mujeres, en Santiago, y trasladada el 28 de junio de 1974 al establecimiento de Tres Álamos. Solicitó al Sub-Secretario de Relaciones Exteriores su liberación y permanencia en Chile o, en caso contrario, los trámites apropiados para salir del país. Pide la intervención de la CIDH para recuperar su carnet de identidad y salir del país con la ayuda del Comité Nacional de Refugiados. Fue posteriormente liberada y pudo salir de Chile el 2 de agosto último.

 

II. PERSONAS QUE DENUNCIAN APREMIOS

    FÍSICOS Y PSÍQUICOS

 

No. 1 Acusada de distribución de panfletos subversivos, habría sido torturada en un edificio de la Calle Londres Nº 38 (exhibe cicatrices en las muñecas; dice no poder identificar a los autores de las torturas).

 

No. 2 Detenida en septiembre de 1973 y llevada a la Calle Londres Nº 38 (no presenta cicatrices, pero acusa como autor de alegadas torturas a los policías llamados aproximadamente Luicajón, Sapalo y Raúl Romo).

 

No. 3 Detenida a mediados de abril de 1974 y llevada a la Calle Londres Nº 38 (las marcas en las muñecas ya habrían desaparecido).

 

No. 4 Detenida a mediados de junio de 1974 y llevada a la Academia de Guerra Aérea, donde dice haber sido torturada por un Capitán cuyo nombre no pudo saber (presenta aún visibles cicatrices en las muñecas).

 

No. 5 Detenida a fines de enero de 1974. Alega que fue sometida a violencias sexuales por tres personas en locales que no pudo identificar por tener los ojos vendados. Afirma haber sido examinada por el médico de la Casa Correccional de Mujeres (Santiago), quien habría firmado un certificado comprobatorio de sus alegaciones. Afirma que el único motivo de su detención y de los apremios sufridos sería el hecho de haber visitado Cuba en 1972, por razones que nada tienen que ver con la política. El estado emocional en que se encuentra la quejosa indica la conveniencia de que se la someta a tratamiento médico-psíquico.

 

No. 6 Muy joven. Afirma que fue detenida con otros estudiantes bajo la acusación de actividades de propaganda subversiva en el Liceo.  Declara que sufrió apremios en una casa de la Calle Londres, en Santiago.  Habría sido puesta en libertad luego de terminada la visita de la Comisión a Chile.

 

No. 7 Detenida en el Estadio, de donde salió hacia mediados de junio de 1974.  Habría sido torturada en una casa de la Calle Londres.

 

No. 8 Detenida desde comienzos de octubre de 1973. Afirma que también fue sometida a apremios en la casa de la Calle Londres.

 

B. Establecimiento de Detención “Capuchinos”, Santiago

 

19.     El 26 de julio, en la mañana el Embajador Robert F. Woodward, acompañado por el Dr. Luis Reque, visitaron el establecimiento de detención de Capuchinos, situado en el centro de Santiago, a unas tres cuadras del edificio del Senado. El establecimiento tiene dormitorios grandes con capacidad para 30 personas, hay otros dormitorios para cuatro u ocho personas. Algunos de los reclusos tenían radios. Había un aparato de televisión. Todo había sido obviamente limpiado poco antes de la visita. A la llegada del Sr. Woodward y del Dr. Reque los reclusos fueron reunidos en un recinto al aire libre.  Había 167 detenidos; 95 de ellos eran miembros de las fuerzas armadas.  De los 95, treinta eran oficiales de varios rangos.

 

20.          Puesto que la Comisión había recibido denuncias sobre algunos casos graves, el Sr. Woodward y el Dr. Reque empezaron por solicitar que se les permitiera entrevistar a las supuestas víctimas de esos hechos, cuyos nombres suministraron. Se les informó que no se encontraban detenidos en ese establecimiento.

 

21.     Por vía de ejemplo de las quejas recibidas a continuación se transcriben o resumen algunas de las notas tomadas por el Sr. Woodward y el Dr. Reque, con las eliminaciones del caso:

 

          No. 1 Detenido en octubre de 1973; estuvo preso en cuarteles unos 10 meses (durante cinco de ellos permaneció en un pequeño recinto donde no había siquiera lugar para dormir en el suelo). Fue trasladado a “Capuchinos” en mayo de 1974. Afirma que no hay cargos en su contra, y dice que no ha hecho nada contra la Junta Militar.

 

          No. 2 Fue detenido hacia fines de octubre de 1973 bajo sospecha (falsa) de tomar parte en reuniones políticas. No hay cargo específico contra él. Dice que no hizo nada, ni habló con nadie acerca de ninguna acción contra las fuerzas armadas.

 

                  Dice que fue golpeado tan duramente durante los interrogatorios que sufrió la parálisis completa del lado izquierdo. Ha recobrado el uso de su lado izquierdo pero todavía padece secuelas muy molestas; en especial no puede leer más de una hora. Se lo obligó a permanecer de pie durante dos días enteros.

 

          No. 3 Fue detenido a comienzos de marzo de 1974, imputándosele haber participado en reuniones políticas. Dice que no hay cargos específicos contra él, y que nunca ha hecho nada contra el Gobierno y no ha tenido nada que ver con la política. Durante los 10 primeros días de su detención, fue torturado repetidamente con descargas eléctricas en todo el cuerpo. Durante los primeros cinco días estuvo permanentemente vendado y encapuchado.

 

          No. 4 Condenado a tres años de prisión por supuestas conversaciones con otras dos personas en una “célula comunista”. Manifestó que ni siquiera conoce esas otras personas. Durante los interrogatorios fue golpeado y se lo tuvo con los ojos vendados largo tiempo.

 

          No. 4 Detenido en octubre de 1973. Fue puesto en libertad en febrero de 1974. En mayo de 1974 fue nuevamente detenido. Estuvo incomunicado durante cuatro días. No ha sido torturado. Piden para él la pena de muerte. Dice no ser político. Necesita atención médica, que no hay en la prisión.

 

          No. 5 Dice pertenecer a un grupo de personas que fueron detenidas a comienzos de noviembre de 1974. Fueron torturadas con aplicación de corriente, golpes con palos, con fierros y palmazos. Fue atendido por un médico, el que encontró vestigios de tortura. Estuvo cinco meses incomunicado, en un nicho muy pequeño. Ha sido sometido a proceso. Se le ha pedido pena de presidio perpetuo. A algunos de los detenidos con él se les pide diez o veinte años de presidio; fueron sometidos a Consejo de Guerra, pero tuvieron que suspender los trámites por no haber pruebas suficientes. La alimentación en esta prisión no es mala. En el período que estuvo incomunicado, la alimentación fue mala, no vio luz durante cinco meses, primero estuvo en un calabozo y en enero de 1974, lo metieron en un sótano helado.

 

          No. 6 Detenido en el mes de septiembre de 1973 y conducido al Estadio Nacional de Chile, donde fue flagelado. Estuvo hospitalizado en el Hospital de campaña durante la última semana de septiembre de 1973, en el Estadio Nacional. Fue interrogado por segunda vez y nuevamente flagelado.

 

          No. 7 Detenido hacia mediados de diciembre de 1973 en su trabajo, por civiles. Estuvo doce días atado y vendado. Torturado con corriente eléctrica en los oídos y cuerpo. De un oído está bastante mal, con herida interna, y es posible que tenga que ser operado. Tiene marcas de tortura en los pies y manos. Su familia supo de él en enero de 1974. Lo trasladaron a la Cárcel Pública de Santiago a mediados de febrero de 1974. Está bajo tratamiento psiquiátrico y con medicinas para poder dormir y estar tranquilo durante el día. Pudo observarse que se encuentra en un estado muy nervioso. Su esposa quiso ir a la Oficina de la Comisión en el Hotel Crillón, pero no la dejaron pasar. Dice que no se le han formulado cargos y que en esta prisión no hay torturas.

 

          No. 8 Se transcribe la parte pertinente de su declaración grabada. “El tratamiento que hemos recibido ha sido un tratamiento que verdaderamente sobrepasa todo lo imaginable. Hemos sido sometidos a las peores vejaciones y torturas en la forma más inicua de todas ellas. Nos han quedado marcas en el cuerpo. Estuvimos varios días sin tomar agua, de pie durante dos, tres días y si nos caíamos por cansancio o debilidad, nos levantaban a puntapiés y culatazos; torturas con corriente eléctrica en los testículos y ano; colgaduras de pies y manos; crucifixiones; aplicaciones de agujas entre las uñas; inyección de drogas; simulación de fusilamiento; torturas en presencia de esposas y niños, con amenazas a esposas y niños, a los que se les han aplicado torturas también”. “En mi caso, mi detención fue por allanamiento por 20 carabineros, los que apuntaron a mi hija de cuatro años”. “En presencia mía, estando con las manos amarradas y sin capucha, han matado a una persona que estaba con las manos amarradas, y nos dijeron: 'Así los vamos a tratar a ustedes si no cooperan'. Dudamos de nuestra permanencia aquí, después de que se aleje la Comisión.

 

                  Solicitamos un Representante de la OEA para que inspeccione el tratamiento que se nos da a los 7.000 prisioneros en todo Chile, después de que se retire la Comisión. En la Cárcel Pública de Santiago quedó un muchacho enfermo con un ataque al hígado. El guardia fue notificado, pero dijo que nadie se moría de un ataque al hígado y lo dejó abandonado sin ninguna atención médica.

 

                  En nuestro país, hasta el 11 de septiembre de 1973, no había prisioneros políticos.

 

                  Hemos tenido información de que están preparando una especie de documento o de legislación, en el cual se van a fijar una serie de disposiciones que afectarán a los prisioneros políticos. Respecto a condiciones internacionales sobre derechos humanos de Naciones Unidas, derechos humanos de OEA, cuáles serán esas disposiciones? Solicitamos a la OEA su intervención, para que ese documento sea lo más humano y legal, que se respete el derecho humano como hombres con derecho a la defensa.

 

                  Estuvimos junto con los delincuentes comunes en las galerías 5 y 6.

 

Todavía, a pesar de diez meses que estamos prisioneros, no se nos ha procesado. Cuando se nos lleva a interrogatorios nos llevan encadenados, con capuchas y se nos tortura por no declarar cosas que no son verdad. Tenemos casos de personas que como presos políticos han sido llevados a centros de interrogación militar y ya no han aparecido.

 

Otro punto muy grave es la situación de nuestras familias. Nuestros hijos no tienen derecho al trabajo, a la educación, por tener familiares detenidos. Se ha llegado a la destrucción familiar.

 

Pedimos a la Comisión tratar de suprimir las penas altas y la pena de muerte por cargos inventados por el Fiscal.

 

Tememos por las vidas de dos compañeros: Darío Pavez, se cree fue enviado a la Academia de Guerra Aérea y Julio Stuardo, se cree está en Chacabuco.

 

Tres jóvenes que estuvieron con nosotros en las galerías 5 y 6, al día siguiente aparecieron muertos al pie de una torre de alta tensión. Se les acusó de tratar de cometer un atentado.

 

El General Bachelet murió en la cárcel... por falta de tratamiento médico, por falta de aire. Era enfermo del corazón. Fue llevado encadenado al interrogatorio.

 

Se ha solicitado pena de muerte para el Capitán Carlos Patricio Carvacho y Capitán Vergara.

 

Anteriormente se prohibió el acceso a la Comisión de la Cruz Roja Internacional”.

 

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