COMUNICADO DE PRENSA

 

Nº 12/06

 

CIDH EXPRESA PREOCUPACIÓN

POR LA SITUACIÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS EN CUBA

 

 

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) presentó su informe anual en donde incluyó una sección sobre los derechos humanos en Cuba.  En dicha sección, la Comisión informó que la falta de elecciones libres, justas, basadas en el sufragio universal y secreto como expresión de la soberanía del pueblo, vulnera el derecho a la participación política consagrado en el artículo XX de la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre. Asimismo, la CIDH se pronunció sobre las violaciones al debido proceso legal y la falta de independencia del poder judicial; las condiciones de detención de las personas privadas de libertad en razón de ser disidentes al gobierno; la situación del derecho a la libertad de expresión; la situación de los defensores y defensoras de derechos humanos; la vulneración de los derechos laborales y sindicales de los trabajadores y las restricciones impuestas al ejercicio del derecho de residencia y tránsito de los habitantes de la isla.

 

Sobre las garantías del debido proceso legal y la independencia del poder judicial, la Comisión informó que durante el año 2005 se habrían realizado una serie de actos de hostigamiento dirigidos en contra de personas disidentes del gobierno cubano. Varias personas fueron detenidas bajo el cargo de “peligrosidad predelictiva”, es decir, sin que se haya cometido un delito sino como una medida de seguridad. Asimismo, la CIDH recibió información sobre la continuidad de la práctica de los tribunales de juzgar a los procesados utilizando criterios ideológicos y políticos. La Comisión ha sostenido reiteradamente que en Cuba no existe separación entre los poderes públicos, lo que impide la independencia del poder judicial.

 

La Comisión se refirió a las duras condiciones carcelarias de la mayoría de presos en Cuba, y en especial de los disidentes políticos. En relación con el grupo de 75 disidentes condenados en abril de 2003, la CIDH manifestó su preocupación por las precarias condiciones de detención a las que se encuentran sometidos. La mayoría están encarcelados en prisiones alejadas de sus lugares de residencia, se les restringen las comunicaciones telefónicas y la correspondencia, se les ha inflingido malos tratos por parte de los guardias penitenciarios y muchos han sido confinados en regimenes de aislamiento. La Comisión expresó su preocupación por el alarmante deterioro de la salud de varios presos políticos. Algunos detenidos estarían sufriendo enfermedades crónicas de tipo visual, renal y cardíaco, sin que se les brinde la atención médica adecuada.

 

Durante el año 2005, la Comisión continuó recibiendo reportes sobre actos de represión y censura a quienes desean expresarse libremente. La información recibida por la CIDH da cuenta de maltratos a periodistas, procesos penales y encarcelamiento de periodistas independientes, censura previa, ataques y actos intimidatorios contra periodistas y aplicación de leyes de desacato.

 

Por otra parte la Comisión manifestó que existen numerosos obstáculos para los defensores y defensoras de derechos humanos. La Comisión recibió información acerca de acciones destinadas a reprimir a defensoras y defensores, tales como la adopción de medidas disciplinarias, acusaciones penales, detenciones temporales, despidos laborales, advertencias oficiales y penas privativas de la libertad. La Comisión observó que las autoridades han estigmatizado la labor de las defensoras y defensores con el objeto de que parte de la población tenga una concepción errónea del papel de quienes defienden y promueven los derechos humanos. Asimismo, la CIDH instó al gobierno a promover una cultura de los derechos humanos en la cual se reconozca, pública e inequívocamente, el papel fundamental que ejercen las defensoras y defensores de derechos humanos para la garantía de la democracia y del Estado de derecho en la sociedad.

 

La CIDH informó que continuó recibiendo información sobre la situación de los derechos humanos de los trabajadores y dirigentes sindicales, en especial respecto a la restricción del derecho de libertad sindical, a la continuidad de actos de hostigamiento dirigidos contra colaboradores y activistas del movimiento sindical independiente.

 

Por otra parte, la CIDH se refirió a la negación del derecho de los nacionales cubanos a salir del territorio y regresar cuando lo estimen pertinente, exigiéndoles un permiso del Ministerio del Interior para salir al extranjero, e informó que se mantienen las restricciones para transitar dentro del país que afectan a los ciudadanos cubanos y a los extranjeros que residen o visitan el país.

 

Finalmente, la Comisión consideró que el embargo comercial impuesto contra Cuba desde hace más de 40 años debía terminar porque esta sanción de carácter económico ha generado un grave impacto en el disfrute de los derechos económicos y sociales de la población y, en definitiva, quienes han sufrido sus consecuencias han sido los sectores más vulnerables de la población cubana.

 

 

Washington D.C., 2 de mayo de 2006