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COMUNICADO DE PRENSA No. 33/02
COMISIÓN
INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS
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En
el día de la fecha, una delegación de la Comisión Interamericana de Derechos
Humanos (CIDH) finalizó su visita de trabajo a la República Argentina.
Dicha visita de trabajo, realizado por invitación del Presidente Eduardo
Duhalde, se extendió del 29 de julio al 6 de agosto de 2002.
El
intenso programa de actividades desarrollado se concentró en tratar
varias peticiones y casos en trámite en la CIDH.
Asimismo, la delegación recabó información sobre la situación de los
derechos humanos en forma general,
y en particular, en relación con temas tales como la administración de
justicia, el papel de las fuerzas de seguridad pública y el estado de los
derechos económicos, sociales y culturales.
La
Comisión es un órgano principal de la Organización de los Estados Americanos
(OEA) con el mandato de promover, proteger y defender los derechos humanos en
las Américas. La autoridad de la Comisión se deriva principalmente de la Carta
de la OEA y de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, tratados
ratificados por la República Argentina. La Comisión está integrada por siete
Comisionados que son elegidos a título personal por la Asamblea General de la
OEA y que no representan a sus países de origen o residencia. La
delegación de la CIDH estuvo integrada por el Profesor Robert K. Goldman,
Miembro de la CIDH y Relator para Argentina, el doctor Santiago A. Canton,
Secretario Ejecutivo y la doctora Elizabeth Abi-Mershed, abogada de la CIDH. Durante
su estadía, la delegación de la CIDH se entrevistó con autoridades
gubernamentales, se reunió con representantes de diferentes sectores de la
sociedad civil en Buenos Aires, y con las autoridades pertinentes y los
peticionarios involucrados en varias peticiones en trámite ante la CIDH en
Neuquen, Rio Negro y Salta. La
delegación se reunió, entre otros, con el Dr. Eduardo A. Duhalde, Presidente
de la Nación; Dr. Juan José Alvarez, Ministro de Seguridad y Justicia; Dr.
Oscar Luján Fappiano, Secretario de Derechos Humanos; Min. Carlos Cersale di
Cerisano, Director General de Derechos Humanos; representantes del Ministerio de
Economía y del Ministerio de Salud; representantes del ANSES; Miembros de la
Comisión de Derechos Humanos de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados de
la Nación; Dr. Juan Pablo Cafiero, Ministro de Justicia y Seguridad de la
Provincia de Buenos Aires, Dr. Mario L. Coriolano, Defensor de Casación de la
Provincia; Lic. Jorge E. Taiana, Secretario de Derechos Humanos de la Provincia
de Buenos Aires; Lic. Eduardo Mondino, Defensor del Pueblo de la Nación; Dra.
Sonia Margarita Escudero, Senadora Nacional; Dr. Jorge A. Pereda, Instituto
Nacional de Asuntos Indígenas; Dr. Juan Carlos Romero, Gobernador de la
Provincia de Salta; y diversas autoridades de los Provincias de Salta, Neuquén
y Rio Negro. Asimismo,
la delegación se entrevisto con representantes de la sociedad civil tales como
el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS); Abuelas de Plaza de Mayo (línea
fundadora); Madres de Plaza de Mayo; Familiares de Detenidos-Desaparecidos por
Razones Políticas; Asamblea Permanente por los Derechos Humanos; MEDH; Liga
Argentina de Derechos del Hombre; SERPAJ; Coordinadora contra la Represión
Policial e Institucional (CORREPI); Asociación de Abogados de Buenos Aires;
Instituto de Estudios Comparados en Ciencias Penales (INECIP); Asociación por
los Derechos Civiles; Colegio Público de Abogados de la Capital Federal;
Fundación Poder Ciudadana; Comité de Acción Jurídica del Central de
Trabajadores Argentinos; CICOP; Cátedra de Salud y Derechos Humanos de la
Universidad de Buenos Aires; Comisión Provincial por la Memoria; Asamblea
Permanente por los Derechos Humanos – Tucumán; Centro por la Justicia y el
Derecho Internacional (CEJIL); y la Comisión de Familiares de Víctimas
Indefensas de la Violencia Social (COFAVI).
La delegación agradece la cooperación y las facilidades provistas por
el Gobierno del Presidente Duhalde, otras autoridades del Estado y las
organizaciones no gubernamentales e instituciones de la sociedad civil en la
preparación y realización de esta visita.
La Comisión desea resaltar la disposición favorable del Gobierno, y en
especial la voluntad de cooperación para la resolución de casos pendientes en
el sistema interamericano. En este
sentido, la Comisión celebró reuniones con respecto a dos peticiones en trámite
de solución amistosa, Comunidades Paynemil en Neuquén y Comunidades Lhaka
Honhat en Salta, y realizó reuniones iniciales con el fin de analizar la
posibilidad de iniciar procesos de solución amistosa en relación a los casos
de Walter David Bulacio, Sergio Andrés Schiavini, Juan Angel Greco, Fernando
Horacio Giovanelli y Raquel Natalia Lagunas/Sergio Antonio Sorbellini, con
participación de las autoridades nacionales y provinciales competentes y los
respectivos peticionarios y familiares de víctimas.
En el marco de la colaboración existente entre el Gobierno y la CIDH, y
con el objetivo de contribuir a la búsqueda de una mayor protección de los
derechos fundamentales de los ciudadanos argentinos, la Comisión, sobre la base
de las funciones y atribuciones que le otorga el artículo 41 de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos, hace de público conocimiento las siguientes
reflexiones.
La Comisión recibió información sobre el profundo impacto de la inédita
crisis social y económica en la situación de los derechos humanos en el país.
Tanto las autoridades estatales como los representantes de la sociedad
civil informaron sobre los problemas crónicos de las finanzas públicas, la
crisis de la seguridad jurídica y cuatro años de recesión con el
correspondiente desempleo, el dramático aumento en la pobreza y pobreza extrema,
y la exclusión social.
Representantes de la sociedad civil y del Estado expresaron escepticismo
y desaliento ante la magnitud de las deficiencias endémicas que afectan al
poder judicial. Esta situación ha
derivado en una grave falta de confianza en el Poder Judicial por parte de la
sociedad argentina. En el sistema
interamericano de derechos humanos, el funcionamiento adecuado del poder
judicial es un elemento esencial para prevenir el abuso de poder por parte de
otros órganos del Estado, y por ende, para la protección de los derechos
individuales. Para que el poder
judicial pueda servir de manera efectiva como órgano de control y garantía de
los derechos humanos, no sólo se requiere que éste exista de manera formal,
sino que además el poder judicial debe ser independiente e imparcial.
Como afirma el artículo 3 de la Carta Democrática Interamericana, la
separación e independencia de los poderes es un elemento indispensable de la
democracia.
Numerosas personas expresaron preocupación por la posibilidad de
autorizar una participación más activa del ejército en asuntos de seguridad
interna con el supuesto objetivo de resolver la crisis de la seguridad pública.
La CIDH ha sostenido en distintas oportunidades la necesidad de que
exista una clara distinción entre la seguridad interna y la defensa nacional
con un amplio control del poder civil. Consecuentemente,
la Comisión recibió con beneplácito las expresiones del Señor Presidente de
la República descartando categóricamente dicha posibilidad.
En
el curso de la visita, varios representantes de la sociedad civil expresaron su
preocupación por el deterioro de la seguridad pública.
En este sentido, y como la Comisión ha expresado reiteradamente, los
Estados tienen el derecho y el deber de adoptar o fortalecer las medidas
necesarias para proteger a su población. Dicho
fortalecimiento debe enmarcarse en el estado de derecho y en los parámetros
establecidos en la Convención Americana.
La
Comisión recibió numerosas denuncias sobre las acciones de las fuerzas de
seguridad, incluyendo tortura, apremios ilegales y el uso excesivo de la fuerza.
De acuerdo con los registros oficiales relevantes de la Provincia de
Buenos Aires, se registraron más de 1.000 denuncias por apremios o maltratos a
niños, niñas y jóvenes bajo patronato del Estado desde septiembre de 2000 a
octubre de 2001. El Defensor ante
el Tribunal de Casación de la Provincia mantiene un “Banco de Datos de Casos
de Torturas y otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes” que
contiene más de 1000 casos (en el período marzo de 2000 a julio de 2002)
cometidos por personas en ejercicio de funciones públicas de los que resulten víctimas
quienes se encuentran ligados a un proceso judicial.
Según las autoridades provinciales, se puede afirmar que el número de
condenas es prácticamente insignificante en relación con el número de
denuncias. La Comisión considera
que la investigación, juzgamiento y sanción es un instrumento clave en la
erradicación de la tortura, y que la impunidad existente sobre graves
violaciones de esta naturaleza contribuye significativamente a su perpetuación.
Durante la visita, la CIDH recibió información relativa a los hechos de
violencia en los últimos meses, inclusive los sucesos del 20 de diciembre de
2001 y del 26 de junio de 2002 y las respectivas investigaciones, así como un número
importante de denuncias relativas a la denominada “criminalización de la
protesta social”. En este sentido,
la Comisión desea reiterar que el deber del Estado de adoptar las medidas
necesarias para proteger a su población debe enmarcarse en los parámetros
establecidos en la Convención Americana, inclusive los establecidos para
garantizar libertad de expresión. Por
otra parte, la Comisión recibió información preocupante sobre la situación
de superpoblación y hacinamiento en muchas cárceles y comisarías, que crea
una situación de extrema gravedad y peligro.
Como expresó la Secretaría de Derechos Humanos de la Provincia de
Buenos Aires en su diagnóstico, esta situación “ha generado, especialmente
en las Comisarías del conurbano bonaerense, que las personas privadas de su
libertad se encuentran sometidas a condiciones de detención inhumanas y
degradantes violatorias a normas constitucionales, legales e internacionales de
derechos humanos…”. Es
especialmente preocupante que, de acuerdo con los informes de la policía misma,
entre las personas detenidas en comisarías se encuentran menores de edad.
En vista de la gravedad de la situación, la Comisión valora las medidas
adoptadas por las autoridades de la Provincia de Buenos Aires a los efectos de
mejorar la protección de los derechos fundamentales en la Provincia, y en
especial para abordar el problema de tortura y apremios ilegales. En este sentido, el Gobernador de la Provincia estableció
una Secretaría de Derechos Humanos dentro del Gobierno provincial, cuyos
objetivos incluyen la erradicación de la tortura y los apremios ilegales. Con
este fin, la Provincia ha establecido un Programa de Prevención de la Tortura,
y entre las medidas previstas se resaltan iniciativas preventivas y de control
en las cárceles y comisarías, y la renovación de la cúpula del servicio
penitenciario provincial. Dichas
medidas representan pasos importantes hacía la reforma de la policía de la
Provincia de Buenos Aires, que de acuerdo a las numerosas denuncias recibidas
por la Comisión, se caracteriza por abuso de autoridad, tortura, corrupción y
otros actos ilegales.
La Comisión desea expresar su preocupación por la información recibida
en las semanas antes y durante esta visita sobre amenazas contra defensores de
derechos humanos, inclusive contra abogados, dirigentes sociales, activistas y
testigos. Las personas que trabajan en favor de la defensa de los derechos
humanos y las organizaciones a las que pertenecen cumplen una función crucial
para garantizar el libre ejercicio de las libertades fundamentales y la
supervisión de las instituciones democráticas.
Teniendo en cuenta la importancia de esta labor y la necesidad de
proteger a quienes la llevan a cabo, la situación de los defensores de derechos
humanos es una de las preocupaciones principales de la CIDH.
La Comisión es testigo directo de la labor comprometida y valiente que
han cumplido las organizaciones de derechos humanos en Argentina, tanto durante
los años de la dictadura, como en el curso del restablecimiento y consolidación
de la democracia. En
esta orden de ideas, la Comisión desea remarcar que en el proceso para el logro
pleno del Estado de Derecho, los defensores de derechos humanos tienen un papel
protagónico. El accionar de los
defensores, a través de la defensa de individuos y grupos de personas que son víctimas
de violaciones de derechos humanos, de la denuncia pública de las injusticias
que afectan importantes sectores de la sociedad, y del necesario control que
ejercen sobre los funcionarios públicos y las instituciones democráticas,
entre otras actividades, los convierte en una pieza irremplazable para la
construcción de una sociedad democrática sólida y duradera. La
Convención Americana señala en su preámbulo que “sólo puede realizarse el
ideal del ser humano libre, exento del temor y de la miseria, si se crean
condiciones que permitan a cada persona gozar de sus derechos económicos,
sociales y culturales, tanto como de sus derechos civiles y políticos”.
Un análisis de los derechos económicos, sociales y culturales en
Argentina hoy en día revela una serie de prioridades y deberes pendientes.
Tanto representantes estatales como representantes de la sociedad civil
informaron a la Comisión sobre el alarmante aumento en la proporción de la
población que vive por debajo de la línea de pobreza, que de acuerdo con la
información recibida es un poco más del 50%.
Dicha información indica que el número de argentinos que no puede
acceder a una canasta básica de alimentos se duplicó con creces desde los
fines del año 2000. Durante
la visita, por ejemplo, la Comisión recibió información y análisis
actualizados sobre la emergencia sanitaria y las consecuencias para grandes
sectores de la población. La CIDH ha seguido esta situación muy de cerca desde los últimos
meses del año 2001, con atención especial a la cuestión del acceso a
medicamentos, inclusive a través de una audiencia general sobre el tema durante
su sesión en marzo del año en curso. De
acuerdo con las normas aplicables, tanto las del sistema interamericano de
derechos humanos como del sistema universal, la preservación de la salud y la
integridad física y psicológica es una prioridad que requiere, entre otras
cosas, protecciones especiales para los grupos más vulnerables, por ejemplo los
niños y los ancianos. En el
contexto de la actual crisis, la Comisión considera fundamental priorizar
mecanismos adecuados para resolver la emergencia sanitaria, inclusive para
asegurar la continuidad de los servicios médicos y la accesibilidad de
medicamentos para las personas que los necesitan para preservar su integridad física
y psicológica.
La Comisión reconoce el esfuerzo del Estado para mejorar la situación
de los sectores en más riesgo a través, por ejemplo, del programa Jefes y
Jefas de Hogar. Este programa, que
asigna un subsidio mensual de 150 pesos a jefes y jefas de hogar desocupados con
hijos menores con el fin de “garantizar que todo hogar argentino disfrute de
un ingreso mensual de inclusión”, y que de acuerdo con la información
recibida beneficia más de 1.600.000, brinda una base mínima para la toma de
otros pasos imprescindibles. Sin
embargo, dado que este plan solo alcanza cubrir poco más de la mitad de las
necesidades básicas alimentarias de una familia tipo, es esencial adoptar
inmediatamente otras medidas destinadas a enfrentar la crisis social, y en
especial, el preocupante aumento que se ve actualmente en los niveles de
desnutrición en niños. En este
sentido, la CIDH considera que los organismos internacionales pertinentes deben
jugar un papel protagónico para colaborar en la resolución de la presente
crisis.
Grandes sectores de la sociedad argentina se encuentran afectados también
por el denominado “corralito”, así como por los decretos que suspendía
ciertos procesos judiciales o el cumplimiento de las resoluciones cautelares y
sentencias, o por la “ley antigoteo”. En
los últimos meses, la Comisión ha recibido casi 2000 denuncias relacionadas
con esta situación, y durante la visita se reunió con representantes de los
peticionarios así como las personas afectadas con el fin de recoger información
adicional. La Comisión evaluará
la información recogida y las peticiones presentadas de acuerdo con su
Reglamento, y considerará el llamado a una audiencia sobre este tema durante su
próximo período de sesiones.
El contexto de la crisis actual, inclusive el hecho de que importantes
sectores de la sociedad no pueden satisfacer sus necesidades básicas y que la
situación de tensión social se agrava, así como la falta de confianza en
aquellas personas con responsabilidad de liderazgo institucional ha creado un
clima de incertidumbre y miedo que puede fomentar respuestas incompatibles con
el respeto a las garantías y libertades fundamentales. Es importante que en las actuales circunstancias por las que
atraviesa el país, con un profundo deterioro político, económico y social,
todos los sectores de la sociedad, y en particular las autoridades nacionales y
locales y los dirigentes políticos, actúen con la máxima prudencia posible y
con un apego irrestricto al respeto a los derechos humanos y libertades
fundamentales, para asegurar que el proceso electoral próximo se realice en un
clima de civilidad y respeto entre todos los ciudadanos.
Únicamente la recuperación de la confianza en las instituciones y el
fortalecimiento de las mismas va a permitir un pleno respeto a los derechos
humanos.
La Comisión reconoce que la mayoría de las preocupaciones mencionadas
preceden al actual Gobierno. Asimismo,
comprende que el Gobierno del Presidente Duhalde asumió la responsabilidad hace
sólo siete meses y en circunstancias de grave crisis política, económica y
social sin precedentes en la historia argentina.
Sin embargo, el actual gobierno tiene una gran responsabilidad para
evitar que la presente crisis se profundice aun mas y pueda derivar en
situaciones de violencia social y crisis institucional con graves consecuencias
para el futuro de los argentinos. Las
presentes observaciones se
efectuaron en el ánimo de
colaborar con el Estado y sus autoridades en su deber de cumplir con sus
obligaciones internacionales Durante
el 116° período ordinario de sesiones de la CIDH, que tendrá lugar en
Washington entre el 7 y 25 de octubre del presente año, el Profesor Goldman
informará al plenario sobre los resultados de su visita.
La
Comisión expresa su agradecimiento al Estado Argentino por la invitación, que
constituye una importante muestra de la voluntad de cumplir con sus compromisos
internacionales en derechos humanos, y por la buena disposición de las
autoridades argentinas para discutir y buscar soluciones a los problemas
planteados. Asimismo, desea
extender su agradecimiento a los representantes de la sociedad por la importante
información que suministraron durante la visita de trabajo, así como a los
medios de comunicación por su interés en el trabajo realizado.
La CIDH continuará colaborando con estos sectores en la tarea compartida
de buscar mecanismos que faciliten el perfeccionamiento de la vigencia de los
derechos humanos en el país.
Buenos
Aires, 6 de agosto de 2002 |